Un partido, de eso depende la temporada de Los Angeles Lakers en la NBA. Un equipo que se armó para pelear el campeonato, pero que por uno u otro motivo está contra las cuerdas, a un partido de clasificar a la postemporada y soñar o tomar vacaciones anticipadas.
Antes de arrancar la temporada el equipo angelino golpeaba la mesa. A los nombres de Kobe Bryant, Pau Gasol y Metta Wolrd Peace (Ex Ron Artest) se sumaban Dwight Howard, uno de los centros más fuertes de la liga y Steve Nash, un veterano pero efectivo base, con dos premios a jugador más valioso de la temporada en sus espaldas.
Dos jugadores de lujo para completar un quinteto que en el papel metía miedo y se transformaba en un contendiente directo para el título de la NBA.
No obstante, el inicio de campaña no fue lo esperado. De partida, ya en la pretemporada los Lakers habían perdido todos sus cotejos, sin embargo, fue el pobre record de 1 triunfo y 4 derrotas lo que obligó a la dirigencia del equipo a despedir a Mike Brown.
Posteriormente a ellos vino una mala racha de lesiones de sus principales figuras, lo que se traducía en un constante ‘tira y afloja’, con los Lakers lejos de los lugares de vanguardia de la liga.
Si la situación deportiva ya era complicada, en lo administrativo la gerencia sufrió un duro golpe, con la muerte del dueño del equipo: Jerry Buss.
Tras la mitad de la temporada regular, el salvador de siempre acudió una vez más al rescate de Los Angeles Lakers: Kobe Bryant, con 34 años, cargó con el equipo a más no poder, con impresionante actuaciones y jugadas que hicieron recordar los mejores años del 24 del equipo oro y púrpura.
Con un Bryant inspirado, y los Lakers ubicados de momento en el octavo puesto de la conferencia Oeste, es decir, el último puesto que otorga pasajes a los playoffs, vino la ‘guinda’ de la torta.
Kobe se lesionó el tendón de Aquiles el viernes pasado, poniendo un abrupto, inesperado y triste final a su temporada y dejando a los Lakers con dos juegos por disputar. Sin embargo la lesión fue más grande que otras que afectaron a la estrella del equipo durante la temporada. Kobe fue operado y su recuperación tardará cerca de 9 meses.
Tras cartón los Lakers consiguieron una importante victoria, donde Howard cargó con el equipo, y este miércoles se juegan el pase a la postemporada, donde incluso podrían terminar séptimos en la Conferencia Oeste.
Los Lakers, actualmente octavos con un registro de 44-37 se miden ante los Houston Rockets, séptimos y con marca de 45-36. Si Los Angeles Lakers ganan clasifican automáticamente a la postemporada y terminan séptimos, lo que significaría enfrentar a los San Antonio Spurs.
De caer, aún tienen una opción para clasificar, pero eso ocurriría siempre que Utah Jazz, equipo que actualmente está noveno con marca de 43-38, pierda su partido ante los Memphis Grizzlies. De ocurrir lo anterior, los Lakers acaban octavos y chocarían ante el Oklahoma City Thunder en primera ronda de playoffs.
Sin embargo, si los Lakers pierden y Utah gana, quedan novenos y eliminados, convirtiéndose en el mayor fracaso de la temporada en la NBA.