El Pentágono levantó oficialmente este jueves la prohibición de que las mujeres participen en combates, dijo el secretario de Defensa, Leon Panetta, tras una revisión de esta política por parte de los comandantes.

El secretario además agregó que: “Las mujeres mostraron gran valentía y sacrificio dentro y fuera del campo de batalla. Han contribuido de manera sin precedente en el ámbito militar y han demostrado capacidad para servir en un número creciente de misiones”.

La decisión se produjo tras una “amplia revisión” por parte de los jefes de todas las fuerzas armadas, “quienes unánimemente concluyeron que ahora es el momento de avanzar con la intención de integrar a las mujeres en todos los campos de trabajo en la medida de lo posible”, dijo.

Panetta tiene previsto dar una conferencia de prensa más tarde este jueves junto con el más alto oficial militar de Estados Unidos, el general Martin Dempsey, jefe del Estado Mayor Conjunto.

Las fuerzas armadas tendrán hasta enero de 2016 para llevar a cabo los cambios.

Un alto funcionario de Defensa, que pidió el anonimato, señaló que el tema no suscitó un debate dentro del Estado Mayor Conjunto y que los jefes militares estaban más centrados en su aplicación y en el cumplimiento de las reglas de aptitud física.

La decisión de los militares de Estados Unidos confirma un estado de hecho en Irak y Afganistán, donde no hay líneas de frente claras y las mujeres ya han pagado el precio de la sangre.

Las mujeres constituyen aproximadamente el 14,5% de los militares en servicio activo en Estados Unidos, lo cual supone unos 204.000 efectivos, según el Pentágono.

Los defensores de modificar esta política han argumentado durante mucho tiempo que negar a las tropas femeninas la posibilidad de servir en combate les impide alcanzar puestos más altos como comandantes.