La cumbre de jefes de Estado y de gobierno de América del Sur y Países Arabes (ASPA), que se celebrará en Lima la próxima semana, es una “oportunidad para una nueva aproximación entre líderes suramericanos y árabes”, evaluó el gobierno brasileño este sábado.

La presidenta Dilma Rousseff participará de esta III cumbre, que reunirá el 1 y 2 de octubre, en Lima, a los países de la Liga Árabe y de la Unasur (Unión de Naciones Suramericanas), y que es la primera que se celebra entre mandatarios de las dos regiones, tras el inicio de la Primavera Arabe.

De iniciativa brasileña, la I cumbre Suramérica-Países Arabes se celebró en 2005 en Brasilia, bajo el gobierno del expresidente Luiz Inacio Lula da Silva, quien propuso crearla en 2003. La II Cumbre se celebró en Doha, en 2009.

“Constitutye un mecanismo pionero e innovador de negociaciones y cooperación Sur-Sur entre las dos zonas”, expresó la cancillería brasileña.

Según los datos brasileños, Suramérica y los Paises Arabes suman un PIB de 5,4 billones de dólares y una población de 750 millones de habitantes; el intercambio comercial entre ambas regiones creció más de 100% entre 2005 y 2011, pasando de 13.600 millones de dólares a 27.400 millones.

Siria, suspendida de la Liga Árabe por su situación política, y Paraguay, suspendido de Unasur, por la misma causa, serán los ausentes de ambas regiones.

Fuentes del gobierno brasileño indicaron que será un viaje rápido para Rousseff, quien estará en la cumbre del martes.