El vicepresidente chino Xi Jinping, llamado con toda probabilidad a convertirse en el líder del régimen dentro de algunas semanas, reapareció el sábado tras dos semanas de inexplicada desaparición de la vida pública.

Xi no había sido visto en público desde el 1 de septiembre y había cancelado reuniones con cuatro responsables de la diplomacia internacional, entre ellos la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton.

El vicepresidente chino acudió a la Universidad de Agricultura la mañana del sábado para conmemorar “la jornada destinada a popularizar la ciencia nacional”, dijo la agencia estatal Nueva China.

Dos fotos fueron publicadas del acto, en las que se le veía conversando de forma distendida con un grupo de personas en el campus.

Las autoridades guardaron un silencio absoluto sobre los motivos de la prolongada ausencia del delfín de Hu Jintao, designado desde hace tiempo para suceder dentro de pocas semanas al actual presidente al frente del Partido Comunista Chino (PCC).

Las especulaciones sobre su situación fueron objeto de una vasta censura en internet en China, cuando se acerca el XVIII Congreso del PCC, que debe marcar el inicio de la llegada al poder, por diez años, de una nueva generación de líderes.

Este sábado todavía no se permitían las búsquedas con el apellido Xi en las redes sociales Sina y Tencent.

El vicepresidente de China, de 59 años, fue visto por última vez en público el 1 de septiembre en Pekín, cuando pronunció un discurso en el reinicio de actividades de la Escuela Central del Partido.

El jueves, una carta de condolencias por la muerte de un veterano del PCC firmada por varios altos dirigentes, entre ellos Xi Jinping, fue publicada por un diario regional, lo que mostró que no había desaparecido por completo de la circulación.

La desaparición de Xi mostró una vez más la falta total de comunicación del régimen comunista chino sobre la salud de los altos responsables del país.

Según una fuente diplomática occidental, Xi habría sido sometido a un régimen de adelgazamiento draconiano con el que habría perdido 20 kilos, mientras que una empresa de Hong Kong informó de un problema de espalda.

Por su parte, el politólogo basado en Hong Kong Willy Lam dijo que Xi fue hospitalizado, pero que su estado de salud no era tan preocupante como para cuestionar la transición política programada para el XVIII Congreso.

El portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores, Hong Lei, rechazó vehementemente responder a las numerosas preguntas sobre el estado de salud de Xi e invitó a los periodistas a plantear “preguntas serias”.

Hong aseguró que los preparativos para el Congreso “seguían su curso” y que “las autoridades chinas publicarían las informaciones correspondientes cuando llegue el momento”.

Según los observadores, la última reunión plenaria del actual Comité Central podría celebrarse el próximo fin de semana y la fecha del congreso hacerse pública en ese momento.