Bolivia inauguró este jueves su industria petroquímica de la mano del gigante de la electrónica surcoreano Samsung con la firma de un contrato por 844 millones de dólares para la construcción de una planta de amoniaco y urea.

Con la suscripción “empezamos a dar valor agregado al gas” subrayó el presidente boliviano Evo Morales en un acto público en Cochabamba (centro), a tiempo de destacar que el proceso de industrialización continuará con la instalación de otras plantas similares en Tarija (sur) y Santa Cruz (este).

El mandatario explicó que la era de la petroquímica boliviana fue posible gracias a la estatización de los hidrocarburos decretada por su gobierno en 2006.

La planta, que entrará en operaciones en el tercer trimestre de 2015, producirá anualmente 420.000 toneladas métricas de amoniaco y 650.000 toneladas métricas de urea, y consumirá alrededor de 1,4 millones de metros cúbicos de gas natural.

“La industrialización del gas natural es una realidad”, afirmó de su lado Carlos Villegas, principal ejecutivo de la petrolera estatal YPFB.

Villegas consideró además que el proyecto representa un “quiebre en el proceso de explotación de los recursos naturales” en Bolivia.

YPFB calcula que la planta generará 340 millones de dólares anuales en ingresos brutos y contribuirá a la expansión de la frontera agrícola.

“Es un día histórico para el pueblo boliviano que da el primer paso a la industrialización sostenida a través del uso eficiente de los recursos naturales”, indicó el presidente de Samsung Engineering, Jae Youl Kim.

Samsung empleará tecnología de la japonesa Toyo para la producción de urea y de la estadounidense KBR para el amoniaco.