Isaac, que el miércoles fue degradado a tormenta tropical, continuaba este jueves su ascenso hacia el norte de Luisiana (sur de EEUU), aún acompañado de lluvias torrenciales, mientras que un dique corría riesgo de romperse en el estado vecino de Misisipi.

La tormenta provocó importantes daños en el dique de Percy Quin, cerca del lago Tangipahoa, que está en peligro de desbordamiento.

Las autoridades del condado de Tangipahoa, en Luisiana, que se localiza a su vez al sur del estado de Misisipi, ordenaron la evacuación de 50.000 habitantes, informó la cadena CNN.

Isaac prosigue su lento avance, provocando a su paso lluvias diluvianas e importantes niveles de ascenso de las aguas, indicó el estadounidense Centro Nacional de Huracanes (CNH) en su último boletín.

Cuando todavía era un huracán, Isaac llegó a provocar que el río Misisipi, el más largo de América del Norte, invirtiera la dirección de su curso durante más de 24 horas a lo largo de más de 200 km, señaló el Instituto de Geofísica de Estados Unidos (USGS).

A la altura de Belle Chasse, una ciudad de Luisiana cercana a la desembocadura del río, la velocidad de las aguas alcanzaba 5.150 metros cúbicos por segundo.

“Entre los poderosos vientos extremos y las enormes olas causadas por esos vientos, los cursos de agua de caudal medio o débil son obligados a ir en sentido inverso, hasta que el caudal normal o la elevación del terreno frene el flujo”, explicó el instituto el jueves.

En Slidell, una ciudad situada al norte del lago Pontchartrain, cientos de casas y de empresas fueron sumergidas por las aguas, y un centenar de personas debieron ser rescatadas por barco.

Decenas de otras personas permanecieron bloqueadas en sus casas ya que el ascenso de las aguas imposibilitaba la circulación por rutas y calles. “Lo esperábamos”, comentó el jefe de la policía Randy Smith.

“Tengo miedo”, decía Latoya Sanders, una joven de 26 años que vivía su primer huracán en Slidell, al tiempo que la policía se llevaba en un camión a sus cinco hijos, de 1 a 7 años de edad.

Según últimos reportes, el ojo de Isaac se encontraba a 45 km al sudeste de Monroe (norte de Luisiana) y se desplazaba a 15 km/h. La tormenta debería llegar a Arkansas (sur) el viernes, precisó el CNH.

Los vientos redujeron su velocidad a un máximo de 65 km/h, luego de haber alcanzado ráfagas de 130 km/h el martes y el miércoles, pero el principal peligro provenía de las aguas, que provocaban inundaciones y cortes de la corriente eléctrica.

Más de un millón de personas carecían de electricidad en Luisiana y en Misisipi, reportó en la mañana del jueves el Departamento de Energía.

Varias regiones de Misisipi ya quedaron sumergidas por las aguas, pero la tormenta no pudo con los diques, construidos tras los estragos provocados hace justo siete años por el huracán Katrina en los alrededores de Nueva Orleans.

Isaac podría costar al menos 2.500 millones de dólares a la economía estadounidense, según las primeras estimaciones de la empresa especializada Eqecat, una cifra muy lejana de las pérdidas causadas por Katrina en 2005, estimadas en 125.000 millones de dólares.