Tres semanas después de su séptima victoria en el Abierto de Gran Bretaña en Wimbledon, Roger Federer, el actual N.1 mundial, regresa a su feudo londinense como gran favorito a la búsqueda de oro en el césped, en el marco del torneo de tenis de los Juegos Olímpicos.

‘A priori’, esta tarea se revela más fácil que lo esperado, puesto que tras el sorteo realizado este jueves, sus rivales más difíciles, el serbio Novak Djokovic, el británico Andy Murray y el francés Jo-Wilfried Tsonga cayeron en la otra parte del tablero

No obstante, en la primera ronda, el helvético, de casi 31 años, enfrentará a un viejo conocido, el colombiano Alejandro Falla, de 28, quien por muy poco no lo derrotó de entrada en la edición 2010 del Abierto británico.

A diferencia de varias otras estrellas de la raqueta, que en el pasado evitaban la cita olímpica, el suizo participará por cuarta vez en la misma.

“¡Ya mismo! Es increíble cuando lo pienso. Y en cada una de las veces he vivido algo especial”, subraya el tenista de Basilea, quien cumplirá 31 años tres días después de la finalización del torneo, asombrado por el paso del tiempo y con una carrera olímpica bastante destacada.

En Sídney-2000, un joven Federer quedó al pie del podio al perder su partido por el bronce ante el francés Arnaud Di Pasquale, pero allí conoció a su futura esposa, la eslovaca Mirka Vavrinek.

Cuatro años más tarde, en Atenas, sorprendió a todos al perder en su primer encuentro ante el entonces novato checo Tomas Berdych, pero en contrapartida fue el abanderado de la delegación helvética.

En Pekín-2008, aunque volvió a quedar afuera en singles en cuartos de final ante el estadounidense James Blake, logró la medalla de oro en dobles junto a Stanislas Wawrinka, quien el viernes será el abanderado suizo en la ceremonia inaugural.

“Aprendí mucho en los courts durante todos estos Juegos Olímpicos, como el hecho de vivir en la Villa (de los atletas), portar la bandera (de su país), asumir responsabilidades, enfrentarme a salas de prensa enormes, así como sufrir la presión y ganar un oro”, destaca sobre su experiencia en los Juegos.

Ahora, se prepara para vivir una nueva experiencia, única por la fuerza de las circunstancias, y se trata de disputar el torneo de tenis olímpico en la ‘Catedral’ del tenis, convertida en jardín del Olimpo, pero en el que se puede también considerar dueño y señor.

Ganador el pasado 8 de julio de su séptimo título del torneo del Grand Slam británico, lo que le supuso igualar el récord del mítico estadounidense Pete Sampras, su ídolo de juventud, en esta edición mostró su mejor tenis seduciendo al público una vez más.

“Wimbledon es un poco el lugar donde todo comenzó para mí cuando derroté a Sampras (en octavos de final) en 2001, mi primer gran éxito. Aquí gané mi primer título del Grand Slam en 2003, y también superé el récord de Sampras en torneos de los grandes en 2009. Esta prueba ha acompañado mi carrera como ninguna otra en el mundo”, explica ‘el mejor de todos los tiempos’.

Entonces, ganar el oro en singles en el court Central de Wimbledon es forzosamente “un sueño” para Federer, quien en dobles formará nuevamente dupla con Wawrinka.

Será también la ocasión de ganar uno de los pocos títulos que le faltan en individuales, así como la Copa Davis en equipo.

Sin embargo, como buen señor feudal que es en el complejo del suroeste londinense, el suizo desconfía. “Jugar a ganar dos sets sobre césped es muy peligroso. Te desconcentras dos minutos y puedes perder el partido. Esto hace difícil el torneo”, advierte.

Pero esto no impide que sea favorito, junto al serbio Novak Djokovic y el escocés Andy Murray, su víctima en la final de Wimbledon hace tres semanas, y con la lamentada ausencia del español Rafael Nadal.