Paleontólogos alemanes han sacado a la luz los restos de nueve parejas de tortugas que murieron en pleno apareamiento hace 47 millones de años, hundiéndose en aguas envenenadas, según un nuevo estudio.

El hallazgo constituye el primer registro fósil de copulación de vertebrados, según el estudio publicado el miércoles en la revista Journal Biology de la Royal Society británica.

“Millones de animales viven y mueren cada año y muchos de ellos se fosilizan por circunstancias fortuitas, pero no hay realmente ninguna razón de que ocurra en pleno apareamiento”, explicó a la AFP el coautor del estudio Walter Joyce, de la Universidad alemana de Tubinga, sobre lo raro del descubrimiento.

“Las posibilidades de que los dos miembros de una pareja mueran al mismo tiempo es altamente improbable y las posibilidades de que ambos sean fosilizados a la vez lo es todavía más”, agregó.

El descubrimiento en el sitio fosilífero de Messel, una cantera abandonada donde antaño se explotaban lutitas bituminosas cerca de la ciudad de Fráncfort, permitió al equipo deducir que las aguas del lago Messel fueron otrora suficientemente hospitalarias para permitir que vivieran tortugas y se aparearan.

Pero los animales murieron accidentalmente al hundirse hacia capas más profundas y contaminadas cuando sus pieles absorbieron sustancias tóxicas del lago volcánico.

“No hay duda de que este lago mató a muchos animales desprevenidos”, afirmó Walter Joyce.

El estudio señala que los animales normalmente no mueren cuando llevan a cabo rutinas diarias como comer, incubar huevos o aparearse, lo que no deja más opción a los científicos investigadores que conjeturar.

Los investigadores señalan que era habitual que las tortugas de agua dulce se paralizaran en una situación de apareamiento.

“Si la cópula se produce en aguas abiertas, la pareja puede hundirse hasta profundidades considerables”, señalaron explicando posiblemente por qué tantos animales cayeron en esa trampa mortal.