Miles de personas marcharon en silencio el domingo por la tarde en Nueva York para protestar contra controles callejeros discriminatorios de la policía que afectan a las comunidades negra y latina.

La movilización, convocada por organizaciones de defensa de los derechos civiles, comenzó en el barrio de Harlem y se dirigió hasta la residencia del alcalde Michael Bloomberg, en el elegante Upper East Side, en el norte de Manhattan, constató la AFP.

Entre los grupos que participaron de la marcha se encontraban la Asociación Nacional para el Avance de la Gente de Color (NAACP, según sus siglas en inglés), la Red de Acción Nacional, el 1199SEIU (que representa a los trabajadores de la salud del este de Estados Unidos) y otras 300 entidades.

“A parar la práctica de Stop and Frisk. Manifestación silenciosa en contra de la discriminación racial de la policía”, decía el volante repartido por los organizadores, que convocaron la protesta en coincidencia con la celebración en Estados Unidos del Día del Padre.

Más de 4 millones de neoyorquinos, en su gran mayoría latinos y negros, han sido sometidos a controles e interrogatorios de la policía en la calle desde 2004, de acuerdo con la Unión por las Libertades Civiles de Nueva York (NYCLU, según sus siglas en inglés).

En 2011, la policía controló a 685.724 personas, 53% de las cuales eran negros y el 34% latinos, afirma en su sitio internet NYCLU. La misma tendencia se registró en los primeros tres meses de este año, con los blancos manteniéndose en apenas un 9% de las personas controladas.

“Me ha ocurrido de ser detenido e interrogado por la policía en la esquina de mi casa. No creo que eso pase en otras partes más pudientes de la ciudad. No es normal que la gente sea detenida cuando sale de su casa para ir de compras”, dijo José Romero, un inmigrante mexicano de 28 años empleado de comercio.

NYCLU asegura, citando datos de la propia policía, que nueve de cada diez personas controladas han sido halladas inocentes.

De su lado, el alcalde Michael Bloomberg defendió el domingo la política de controles callejeros y prometió que ni él ni el jefe de la policía, Ray Kelly, permitirán abusos.

“Entiendo por qué alguna gente quiere que paremos de hacer controles. Gente inocente que es detenida puede ser tratada de manera irrespetuosa y eso simplemente no es aceptable. El comisionado Kelly no lo tolerará, ni yo tampoco”, dijo en un discurso en un centro cultural cristiano en el este de la ciudad.