Pese al al frío y al viento, los militantes de derecha y de izquierda se movilizaron por decenas de miles el domingo en París en los mitines de los dos principales candidatos a la elecció presidencial, Nicolas Sarkozy y François Hollande.

En la plaza de la Concordia, entre los militantes de la UMP, el partido de Sarkozy, algunos creen firmemente en la victoria y otros se muestran más pesimistas, pero todos predicen el caos si gana Hollande, favorito según los sondeos de intenciones de voto.

A unos kilómetros de distancia, en la explanada del castillo de Vincennes, los de izquierda se reúnen en una “demostración de fuerza” para “galvanizar” las tropas” en un ambiente festivo.

En la Concordia, vestido con camisa con la consigna “Los jóvenes con Sarkozy” y gorro de lana, Michèle Chambron, de 42 años, afirma que en su familia “todo el mundo vota por Sarkozy” porque los “socialistas son malos”.

“Los que no votan por Sarkozy están errados. Si Hollande es electo será una catástrofe y la ruina de Francia”, afirma.

No lejos, Gaëlle-Marie Le Chapelain, de 38 años, piensa también que Hollande aportará el “caos total”. “En seis meses, estaremos en la situación del pueblo griego, y yo me plantearé irme de Francia”, afirma.

No obstante, dice seguir creyendo en la victoria de Sarkozy y vino a la manifestación para demostrar “que la Francia silenciosa cuenta tanto como la otra Francia”.

Louis Videira, estudiante de 19 años, cree en la victoria del presidente, pero agrega que si gana Hollande “habrá tal desastre económico y social que después la derecha tendrá el poder durante 20 años”.

Dominique Bazingette, asalariada de una firma de seguros de 59 años, se declara, en cambio “moderadamente optimista”. “Va a ser duro ganar”, afirma.

En Vincennes, los partidarios del candidato socialista habían ocupado desde el mediodía el espacio de la explanada del castillo, donde un concierto precedió el discurso de Hollande.

Entre ellos, Sonia Piazza, militante socialista de 59 años de edad, afirma que “un mitin así galvaniza”, pese a que ella no lo necesita porque ya está “embalada a fondo”.

Entre la multitud, un hombre lleva una camiseta con la palabra “normal”, guiño al inicio de la campaña de Hollande que prometió ser un “presidente normal”, otro un pulóver con la frese “lárgate pobre señor presidente”, alusión a una polémica frase dicha por Sarkozy a un hombre que se negó a darle la mano.

Sarah Pecas, de 31 años, que asistió al mitin junto con su compañero y sus dos hijos pequeños, afirma que no es militante socialista, sino simple simpatizando y que quiso “asistir a este mitin para retomar fuerzas”.

Militante, Marisol Corral, de 51 años “va a seguir haciendo campaña contra la abstención”.

Samy Redjem-Chibane, estudiante de 23 años, estima que una elección “nunca está ganada de antemano” y que su objetivo es que “Sarkozy no quede primero el 22 de abril”, fecha de la primera vuelta de la elección presidencial.

Thomas Hollande, hijo mayor del candidato socialista, aseguró a la AFP que este mitin debe ser “el apogeo de la movilización” socialista.

En ambos campos, los dirigentes reivindicaron la asistencia de 100.000 participantes, cifra imposible de verificar, tanto menos cuanto la prefectura de París anunció que no contaría el número de participantes a ninguna de las dos manifestaciones.