Un plan ambiental de Ecuador, que planea evitar la explotación de 846 millones de barriles de crudo en el parque amazónico Yasuní, ha logrado aportes internacionales por unos 116 millones de dólares, informó el jueves la jefa negociadora del gobierno, Ivonne Baki.

Agregó que unos 57,4 millones de dólares, que irán a un fideicomiso administrado por Naciones Unidas, son los “aportes” de gobiernos y organismos de Italia, Colombia, Perú, Georgia, Turquía, Francia y Bélgica, así como de la Corporación Andina de Fomento (CAF).

Baki dijo que la cifra total incluye “compromisos de cooperación técnica no reembolsable que no entran al fideicomiso, pero que van directamente a cooperación técnica” para el Yasuní, una de las zonas con mayor biodiversidad del planeta que alberga esas reservas petroleras (20% de lo que dispone Ecuador).

Entre la cooperación técnica figura una ayuda de 47 millones de dólares de Alemania para cuidado ambiental, reforestación y programas sociales en las comunidades que habitan el Yasuní, así como de Australia y el Banco Interamericano de Desarrollo (DIB), señaló la funcionaria a la agencia pública Andes.

Añadió que también hay otros aportes aprobados pero en proceso de ejecución como de España y gobiernos regionales de Francia.

El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, planteó en 2007 dejar bajo tierra los 846 millones de barriles de crudo en el Yasuní a cambio de una compensación internacional de 3.600 millones de dólares a lo largo de doce años.

Con ello se evitaría la emisión de 407 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono (CO2), responsable del calentamiento global, según Quito.

En noviembre pasado, el mandatario socialista dijo a la prensa extranjera en la capital que mantiene la oferta sin cambios pese a que el crudo del Yasuní tendría un costo de 14.000 millones de dólares a precios actuales, cifra que equivale al plan de inversión ecuatoriano de tres años.

El jefe de Estado tiene como meta lograr la recaudación de 100 millones de dólares hasta diciembre, cuando evaluará la viabilidad de su propuesta al mantener la posibilidad de extraer el crudo.

El parque Yasuní, de 950.000 hectáreas y ubicado a 300 km al este de Quito, fue declarado reserva mundial de la biosfera por la Unesco en 1989 y en él se asientan los pueblos Tagaeri y Taromenane, que rechazan el contacto con el exterior, así como parte de los campos petroleros Ishpingo, Tambococha y Tiputini (ITT), que integran la iniciativa ecologista.