Sudáfrica confirmó su clasificación a cuartos de final del Mundial de rugby al derrotar este viernes en Auckland a Samoa por 13-5, en partido del Grupo D.

Los Springboks, actuales campeones del mundo, se aseguraron la primera plaza de la llave (18 puntos y cuatro victorias), y se enfrentarán en cuartos de final al segundo del Grupo C (Australia, Irlanda o Italia), el domingo 9 de octubre en Wellington.

Samoa, que fracasó por poco en su intento de hacerse con un punto bonus defensivo (si hubiera perdido por siete puntos o menos) ve alejarse su sueño de clasificarse a cuartos por primera vez desde 1995 y le resta una ínfima posibilidad en caso de derrota de Gales sin bonus frente a Fiyi el domingo.

Para lograr su cuarta victoria en otros tantos partidos, tras las logradas contra Gales (17-16), Fiyi (49-3) y Namibia (87-0), los campeones del mundo sudafricanos tuvieron que trabajar.

“En el primer tiempo jugamos bien, pero en el segundo nos dormimos”, resumió el segunda línea y capitán sudafricano, Victor Matfield.

Con un pack sólido, los Springboks capitalizaron su dominio en el primer período con un try de Bryan Habana (9) y dos penales de Morne Steyn (26) y François Steyn (24).

Con una ventaja de 13-0 en el descanso, parecían controlar el partido, pero en el segundo período, los Springboks estuvieron irreconocibles y los samoanos acortaron distancias con un try en el minuto 51 por medio del octavo George Stowers (13-5), lo que hizo temblar a los sudafricanos en los instantes finales.

Los ataques samoanos se sucedieron a partir de ese momento, contando además con varios penales concedidos por los campeones del mundo, aunque sin éxito (57 y 67), lo que llevó la emoción a las tribunas por lo incierto del resultado.

El hooker y capitán de los samoanos, Mahonri Schwalger, se quejó del arbitraje del galés Nigel Owens.

“El árbitro fue duro con nosotros y algunas decisiones nos impidieron marcar más puntos. No ha estado acuánime”, dijo el capitán.

La tensión, que ya se apercibió en el primer período, creció con el paso de los minutos para llegar a su punto máximo con la expulsión definitiva del fullback samoano Paul Williams por un puñetazo a Heinrich Brussow (70).

El experimentado hooker John Smit, poco después de entrar en juego, cedía a su vez al nerviosismo y era expulsado diez minutos (71).

El resultado no se movió pese al tenso final de partido, para generar así infelicidad de los jugadores del Pacífico, mientras que los Springboks lograron su objetivo, aunque vieron como se lesionaba su wing Bryan Habana, con un problema en su rodilla izquierda, en el minuto 47.

“Fue una buena preparación para la continuación de la competición. No encontraremos probablemente equipos tan físicos como éste. Jugamos un rugby completo en el primer período y en segundo nuestra defensa estuvo bien y nos evitó sustos al final”, dijo el técnico sudafricano, Peter de Villiers.