La académica de la Universidad Andrés Bello, Astrid Munzenmayer, afirmó que el Alzheimer no es parte del envejecimiento normal, aunque el riesgo de padecerla aumenta con la edad.

El pasado 21 de septiembre se celebró el Día Internacional del Alzheimer, uno de los trastornos neurológicos más importantes que puede acompañar al envejecimiento, constituyendo la causa más común de deterioro cognitivo en el anciano.

“Esta enfermedad es una forma de demencia que empeora con el paso del tiempo de manera irreversible y gradual. En general, se caracteriza por la presencia de síntomas cognitivos como alteración de la memoria, lenguaje, atención, entre otras y no cognitivos como trastorno del ánimo, alucinaciones, comportamiento, así como alteraciones en las actividades de la vida diaria como vestirse, comer y cuidar de sí mismas, llegando incluso en etapa avanzada a un estado de ‘encajamiento’ de la persona”, explicó la académica.

Dijo que es importante no confundir esta patología con el deterioro cognitivo leve, característico del envejecimiento normal, en el cual existen problemas con el pensamiento y la memoria.

“La diferencia es que éstos no interfieren en las actividades de la vida diaria y las personas frecuentemente son conscientes de ese olvido. Por lo tanto, no todas las personas con deterioro cognitivo leve desarrollan la enfermedad de Alzheimer”, expresó Astrid Munzenmayer.

La enfermedad puede aparecer de manera temprana o tardía. En el caso de la aparición temprana, los síntomas se producen antes de los 60 años y tiende a progresar rápidamente, mientras que la de aparición tardía ocurre sobre los 60-65 años, es la más común y en ella participan factores genéticos principalmente.

Con respecto a las causas, Munzenmayer explicó que podría deberse a un déficit de neurotransmisores como la acetilcolina que envía información entre las células para permitir la sinapsis.

“Esta enfermedad no tiene cura, por lo tanto, su tratamiento está dirigido a retrasar el progreso de la enfermedad para conservar la mejor calidad de vida posible, evitando sus complicaciones como la desnutrición, inmovilidad y úlceras por presión, entre otras”, dijo la profesional.