El gobierno del presidente Evo Morales expresó este viernes su preocupación por un posible enfrentamiento en Bolivia entre indígenas, como las raciales en 1994 en Ruanda, a raíz de la construcción de una polémica carretera por un parque ecológico.

“Nos preocupa posibles enfrentamientos entre bolivianos, posibles enfrentamientos entre indígenas”, afirmó el canciller de origen aymara David Choquehuanca, durante un nuevo intento entre el gobierno y nativos para restablecer un diálogo sobre una vía que cruzará la reserva amazónica TIPNIS, en el centro del país.

La marcha de centenares de aborígenes, desde hace un mes, está frenada, por un cordón policial establecido por el gobierno en la zona de Chaparina, a unos 327 kilómetros al noreste de La Paz, que -según el oficialismo- buscar evitar un enfrentamiento con colonos, a 7 km en el poblado de Yucumo, que pretende frenar la caminata.

Los nativos amazónicos también se oponen a la carretera, porque aseguran que permitirá la migración intensiva de campesinos cocaleros aymaras y quechuas, aliados firmes del presidente Evo Morales.

Choquehuanca, en su declaración durante una reunión pública con nativos amazónicos, reflexionó sobre las divisiones entre los indígenas -los andinos quechuas y aymaras oficialistas por un lado, e indígenas de los llanos por el otro- podría llevar a choques en Bolivia, com o ocurrió en Ruanda entre hutus y tutsis.

“Es mirar un poco de historia: en Ruanda entre hutus y tutsis se han matado”, aseguró Choquehuanca, quien acotó que los indígenas bolivianos, que representan más del 50% de la población del país y han sido columna vertebral del oficialismo, podrían padecer “falta de comunicación sincera, transparente y directa”.

En el país africano, el gobierno hutu desató una matanza de tutsis, en una confrontación que según la ONU causó unos 800.000 muertos.

El jefe de la diplomacia boliviana planteó por tanto un diálogo entre nativos amazónicos y colonos de Yucumo, al tiempo que reclamó que los cocaleros del Chapare no sean estigmatizados.

Las opiniones del canciller surgieron en un nuevo intento de diálogo con los amazónicos para llegar a un acuerdo sobre una carretera de 300 km que cruzará el territorio indígena TIPNIS en el centro del país, y que los nativos rechazan al considerar que afectará el medioambiente, mientras que el Poder Ejecutivo asegura que generará desarrollo.