El cineasta chileno Raúl Ruiz, quien falleció a los 70 años el viernes en París, fue despedido este martes en un concurrido funeral en la capital francesa antes de su traslado a nuestro país, donde será inhumado.

El director de películas como “Tres tristes tigres”, “Diálogos de exiliados” o “Las tres coronas del marinero” fue despedido por su esposa Valeria, allegados, colaboradores y autoridades.

“Con su dulzura y su sabiduría obtenía lo que nadie más obtenía” de los actores y técnicos; “nos hacía a todos mejores”, dijo en la ceremonia de cuerpo presente Paulo Branco, que produjo, entre otros, su último largometraje, “Misterios de Lisboa” (2010).

Entre las cerca de 300 personas que abarrotaron la iglesia de Saint Paul, en el barrio del Marais, estaban varios actores que trabajaron con el director, como Catherine Deneuve y Chiara Mastroianni, ambas muy compungidas, Arielle Dombasle, y el actor Michel Piccoli.

“No tenía hijos, pero nosotros y sus espectadores éramos sus hijos”, dijo a la AFP François Margolin, productor de películas del franco-chileno como “Días de campo” (2004).

El productor lamentó que su obra no sea “muy conocida” en Francia, país donde Raúl Ruiz se exilió tras el golpe de Estado de Augusto Pinochet en 1973.

“El público no era su interés principal. Lo que le interesaba era hacer obras, una detrás de otra”, y además “no pasaba tiempo haciéndose promoción ni era mundano”, añadió Margolin.

“Toda su obra es Chile: la melancolía, el sentimentalismo, la tristeza, el alcohol”, añadió el productor, que recordó la “ironía” y la “ternura” de Raúl Ruiz para con sus compañeros en películas como “Diálogos de exiliados”, donde ironiza sobre las actividades de los chilenos en el exterior.

“Le debo una de mis grandes emociones como joven cinéfilo”, por “Las tres coronas del marinero”, dijo a la AFP Thierry Frémaux, delegado general del Festival de Cannes, donde Raúl Ruiz formó parte del jurado en 2002.

“Es un día muy triste para mí, es un gran amigo perdido”, dijo a la AFP el embajador chileno en Francia, el escritor Jorge Edwards, que conocía a Raúl Ruiz desde hace más de cuatro décadas, “desde Tres tristes tigres” (1968), recordando que solía verlo “casi todos los domingos en Belleville”, un barrio popular de París.

“Cada película era un experimento nuevo”, y con el tiempo “mi admiración fue creciendo”, agregó el embajador.