La Federación Mexicana de Fútbol analizará el lunes medidas de seguridad luego de los momentos de pánico que se vivieron el sábado en pleno partido de primera división por una balacera al exterior del estadio de Torreón (norte), informó este domingo el club Santos.

“Este lunes se llevará a cabo una reunión con el Comité de Seguridad de la Federación Mexicana de Fútbol, en la que se analizará la situación vivida la noche del sábado en la Comarca Lagunera”, informó en un comunicado Santos, en cuyo estadio se vivieron los hechos.

En esta reunión, añadió el documento, “se diseñarán planes de acción que permitan brindarle la máxima seguridad a todos los que forman parte de este deporte”.

La noche del sábado, cuando corría el minuto 40 del encuentro entre Santos y Morelia, una nutrida balacera en las inmediaciones del estadio obligó a suspender el encuentro y desató el pánico entre los aproximadamente 15.000 aficionados que se encontraban en las tribunas, si bien no hubo lesionados.

Tras los primeros disparos, que se escucharon claramente en las transmisiones televisivas del partido, la multidud empezó a tirarse al suelo, a meterse debajo de las butacas y a saltar al campo, mientras que los jugadores salieron corriendo hacia los vestidores.

La fiscalía del estado de Coahuila ha señalado que la balacera, que según reportes de la prensa duró varios minutos, se desató cuando tres camionetas no se detuvieron en un puesto policial en las inmediaciones del estadio y sus ocupantes empezaron a disparar contra las fuerzas del orden.

Un policía resultó con heridas leves durante el enfrentamiento.

Tras los primeros momentos de alarma, los aficionados volvieron a la calma y estadio logró ser desalojado una hora después sin mayores incidentes.

La Comarca Lagunera (norte), formada por las ciudades de Torreón (Coahauila), Gómez Palacio y Lerdo (Durango), es una zona de importante desarrollo industrial que en los últimos años se ha visto azotada por una ola de violencia ligada al narcotráfico.

La violencia ligada al crimen organizado en México deja más de 41.000 muertos desde diciembre de 2006.