Según la empresa IDC, en 2009 se vendía un smartphone por cada 15 teléfonos móviles regulares en toda América Latina. Sin embargo, para este año se prevé que la relación sea de uno a cinco y, en 2014, uno de cada dos teléfonos móviles.

En Chile la cifras no varían mucho. Dado el incremento de adquisición de teléfonos inteligentes y el acceso a Internet mediante estos, los teléfonos han pasado a ser tan útiles en la vida diaria como el computador… aunque tan riesgoso como su conexión a diferentes redes.

Según la Subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel), entre diciembre de 2010 y marzo de este año el número de abonados a celulares creció en 2,3%, llegando a existir más de 20 millones en el país.

Miguel Cisterna, especialista en Seguridad de Global Crossing, comenta que “Los smartphones son un componente básico de la vida corporativa; por lo tanto ya no es necesario franquear complejas barreras de entrada para acceder a información confidencial, pues ésta se encuentra en movimiento y fuera de las instalaciones de la empresa”.

Si a ello se suma que cada vez más se usan los teléfonos móviles para acceder a la información de las organizaciones y para fines personales, como cuentas bancarias u otras operaciones que involucran movimiento de dinero, estar atento es vital.

Y los peligros de los teléfonos móviles no distan mucho de lo que sufren las computadoras. Existen aplicaciones que desgastan rápidamente la batería, que pueden dejarlo sin servicio, smishing (delito mediante SMS), virus y malware entre otros.

Ante este panorama Cisterna da una serie de recomendaciones para evitar que los smartphones y sus usuarios sufran con alguna de estas actividades maliciosas.

1.- Active las conexiones a redes en el teléfono sólo cuando vaya a usarlas, nunca las mantenga abiertas cuando no las está utilizando, especialmente las que permiten acceso a tecnologías Bluetooth y Wi-Fi.

2.- Proteja siempre su equipo con contraseña; para un hacker experimentado puede no representar un reto mayor, pero no es posible saber de antemano quién tendrá acceso a su teléfono en una situación de delito. La contraseña debe ser difícil de olvidar, evite su nombre o el clásico 1234.

3.- Nunca utilice software ilegal y verifique siempre el origen y la autenticidad de las aplicaciones antes de descargarlas en su teléfono.

4.- Realice una copia de seguridad con toda la información que posea en el teléfono. Será útil en caso de extravío, robo o incluso falla técnica.

5.- En el ámbito corporativo, la seguridad comienza antes del teléfono: la clasificación de la información permitirá determinar bajo qué políticas se permitirá el acceso desde el smartphone a qué tipo de información; descargar el informe confidencial sobre la evolución financiera del negocio en el teléfono móvil quizás no sea una buena idea.

6.- Otras políticas para las empresas podrían incluir la encriptación de datos y el uso de software de protección como antivirus.

Tras ello Cisterna recordó que “mientras más opciones de acceso a la información ofrezcamos, más riesgo corremos de ser observados.”