China se ha caracterizado por la censura que ejerce sobre la información de los medios, en especial en Internet, llegando incluso a bloquear el acceso a sitios webs y redes sociales como Twitter y Facebook.

Ahora, nuevamente se ve inmerso en la polémica al tomar la medida de almacenar los datos de los ciudadanos que establezcan una conexión a Internet desde un lugar público.

De acuerdo al Gobierno, esta medida tiene como objetivo mejorar la seguridad y “descubrir a los delincuentes que se encuentren en fuga”.

Según informó ElMundo.es, se controlarán las conexiones inalámbricas de todos los establecimientos que ofrezcan el servicio de forma pública, dejando un registro de las páginas visitadas, las contraseñas y los números de cuenta.

Esta nueva forma de control ya se está aplicando en algunos distritos de Pekín y, de acuerdo a fuentes del Buró de Seguridad Pública, se hará efectiva en todo el país durante los próximos meses.

Junto con esto, los dueños de los locales que ofrezcan el servicio deberán instalar un software de control con un costo de 20.000 yuanes (cerca de 1.500.000 de pesos) y deberá ser pagado por cada establecimiento; quienes se nieguen, pueden incluso ver sus locales cerrados.

Cabe destacar que fuentes de la empresa creadora del software, aseguraron que los datos registrados se guardarán sólo durante 60 días y luego se borrarán, como medida de protección de la privacidad de los usuarios.