El ex presidente paquistaní Pervez Musharraf insistió el jueves en Washington que Pakistán no proporcionó asistencia al líder de Al Qaida, Osama bin Laden, al tiempo que renovó sus críticas contra el operativo militar estadounidense que lo mató.

Musharraf, de visita en Washington, defendió de forma incondicional al ejército y a los servicios de inteligencia paquistaníes (ISI), que desde hace tiempo están bajo sospecha de Estados Unidos por sus supuestos vínculos con militantes islámicos.

El ex jefe del ejército, que llegó al poder en un golpe de Estado en 1999, dijo que si se hubiera brindado ayuda a Bin Laden, quien aparentemente se mudó a la ciudad paquistaní de Abbottabad durante su presidencia, él lo habría sabido.

“Digo con confianza y seguridad que no fue complicidad porque soy muy consciente de una cosa, que yo no sabía, lo crean o no”, dijo Musharraf, que vive exiliado en Londres.

“¿Es posible que el ejército y el ISI (servicios de inteligencia paquistaníes) estuvieran escondiéndose de mí? No cien veces, no es para nada posible. Porque yo soy del ejército, ellos son mi gente”, dijo en el Woodrow Wilson International Center for Scholars.