Damnificados por el terremoto, beneficiarios del Subsidio para Reparación de sus Viviendas, denuncian que se está favoreciendo a las empresas contratistas más que a sus destinatarios; y que buscan cantidad en vez de entregar calidad.

La ayuda involucra la entrega de 55 UF para reparaciones, pero las empresas constructoras -según indican los beneficiados- están lucrando en forma indebida y aprovechándose de personas damnificadas, en su mayoría de recursos económicos limitados

Jorge Cárcamo, uno de los favorecidos con el subsidio de un millón 200 mil pesos, trabaja en una ferretería de Tomé

José Beroíza, otro favorecido con el subsidio, en Punta de Parra, recibió 1 millón 200 mil pesos para reparar el techo de su vivienda de 64 metros cuadrados. Sin embargo, la constructora dijo que no le alcanzaba con ese dinero; de ahí en más la empresa le pidió al beneficiado $30.000 adicionales, lo que es totalmente ilegal.

Algunas constructoras piden la firma de “Recepción Conforme de Obras”, en el momento que comienzan a trabajar; ya que la gente no lee lo que firma y creen estar autorizando el inicio de los trabajos.