El nuevo ministro griego de Finanzas, Evangelos Venizelos, aseguró el domingo que su gobierno cumplirá sus promesas de austeridad y de reducción del déficit público, al llegar en Luxemburgo a una reunión de dos días de la Eurozona para salvar al país de la bancarrota.

“Reafirmo el firme compromiso del gobierno y la voluntad del pueblo griego a poner en marcha el programa” de austeridad previsto para sanear las finanzas públicas, declaró el ministro, que asumió el cargo esta semana tras una remodelación del ejecutivo forzada por la crisis.

“Podemos alcanzar los objetivos (presupuestarios) previstos gracias al esfuerzo de nuestros ciudadanos y a la cooperación y la ayuda de nuestros socios” europeos, agregó Venizelos, cuyo país se halla al borde de la bancarrota.

Los ministros de Finanzas de la Eurozona evaluarán cómo ayudar a Grecia a cubrir sus necesidades financieras inmediatas y seguir preparando un rescate a largo plazo, que será el segundo en un año tras la ayuda de 110.000 millones de euros aprobada por la Eurozona y el Fondo Monetario Internacional.

En concreto, la zona euro estudia desbloquear la próxima partida de préstamos prevista en el primer plan de ayuda, equivalente a unos 12.000 millones de euros, lo que le permitiría a Grecia aguantar hasta septiembre.

En contrapartida, Atenas prepara un paquete de medidas de austeridad adicionales impopular hasta en el seno del gobierno, lo que obligó al primer ministro, Giorgos Papandreou, a remodelar esta semana su equipo.

En la reunión de Luxemburgo “trabajaremos para que se cumplan las condiciones para el pago de la próxima partida” de la ayuda, explicó el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, subrayando empero que la responsabilidad recae en el gobierno griego.

Cuando Atenas reúna las condiciones, “Europa aportará su contribución” financiera, dijo Schäuble.

Por su parte, Jean-Claude Juncker, jefe de fila de los ministros de Finanzas de la Eurozona, aseguró que “no se logrará un acuerdo hoy (domingo)” y que “el debate proseguirá mañana”.