Alemania y Suiza se convirtieron el lunes en los primeros países europeos en suspender temporalmente proyectos nucleares como medida preventiva tras la alarma desatada en una central japonesa, que abrió un debate en el continente sobre la necesidad de reforzar la seguridad.

La canciller alemana, Angela Merkel, anunció una moratoria de tres meses sobre la decisión ya adoptada por su gobierno de prolongar la vida de las centrales nucleares en el país.

Lo que sucede en Japón, donde las autoridades tratan por todos los medios de evitar una catástrofe nuclear en la central de Fukushima, dañada por el sismo del viernes, “cambia la situación y en Alemania, también”, afirmó Merkel.

“No podemos actuar como si no pasara nada”, y “lo digo muy claramente: no hay ningún tabú en lo que respecta el examen de las condiciones de seguridad”, insistió la canciller.

Berlín tomó así una decisión encaminada a tranquilizar a sus ciudadanos y se sumó a Suiza, un país no miembro de la Unión Europea (UE), que suspendió sus proyectos de renovación de centrales, a la espera de “normas de seguridad más estrictas”.
Alemania y Suiza se convirtieron el lunes en los primeros países europeos en suspender temporalmente proyectos nucleares como medida preventiva tras la alarma desatada en una central japonesa, que abrió un debate en el continente sobre la necesidad de reforzar la seguridad.

La canciller alemana, Angela Merkel, anunció una moratoria de tres meses sobre la decisión ya adoptada por su gobierno de prolongar la vida de las centrales nucleares en el país.

Lo que sucede en Japón, donde las autoridades tratan por todos los medios de evitar una catástrofe nuclear en la central de Fukushima, dañada por el sismo del viernes, “cambia la situación y en Alemania, también”, afirmó Merkel.

“No podemos actuar como si no pasara nada”, y “lo digo muy claramente: no hay ningún tabú en lo que respecta el examen de las condiciones de seguridad”, insistió la canciller.

Berlín tomó así una decisión encaminada a tranquilizar a sus ciudadanos y se sumó a Suiza, un país no miembro de la Unión Europea (UE), que suspendió sus proyectos de renovación de centrales, a la espera de “normas de seguridad más estrictas”.

Las repetidas explosiones y los fallos de varios reactores de la central nuclear de Fukushima 1 de Japón, averiada por el sismo y el posterior tsunami que asoló el viernes el país, alimentó este lunes el temor a un desastre atómico y disparó las alarmas en Europa, donde existen unos 150 reactores.

Con el propósito de “obtener información de primera mano sobre planes de urgencia y las medidas de seguridad” actuales en el Viejo continente, la Comisión Europea convocó para el martes una reunión de urgencia en Bruselas.

Los ministros europeos de Energía y Medio Ambiente, así como las autoridades nacionales de seguridad nuclear y las grandes compañías del sector, participarán en esa cita.

“Lo que pasa en Japón es claramente un accidente nuclear muy grave y el riesgo de una gran catástrofe no puede descartarse”, admitió la ministra francesa de Medio Ambiente, Nathalie Kosciusko-Morizet, cuyo país cubre el 75% de sus necesidades energéticas con sus centrales, en una reunión en Bruselas.

“Queremos el nivel de seguridad más elevado posible” y “determinar si la energía nuclear es o no controlable”, señaló la ministra, que emplazó empero a “no caer en la precipitación”.

Sin minimizar la “importancia del debate sobre la seguridad”, Elena Salgado, vicepresidenta del gobierno español, llamó a mantener una “perspectiva global” y recordó que las centrales en Japón “por el momento están resistiendo gracias a las medidas de protección”.

Pero Austria, opuesto a la energía nuclear, lanzó una advertencia al resto de europeos: “Nosotros reclamamos la máxima seguridad para nuestra población y todos nuestros vecinos deben poder garantizar la de las suyas”, declaró el ministro de Medio Ambiente, Nikolaus Berlakovitch.

“Queremos controles de resistencia en todas las centrales nucleares de Europa y que se hagan rápidamente”, conminó el austríaco.

“La catástrofe en Japón suscita muchas inquietudes”, subrayó su par italiana, Stefania Prestigiacomo.

“Deseamos entrar en el sistema nuclear de la UE, pero esperamos tener informaciones sobre la situación de las centrales,” precisó Prestigiacomo, cuyo país abandonó este tipo de energía en 1987.

La mayoría de países de la UE tienen centrales nucleares, especialmente Francia (19 centrales y 58 reactores), Gran Bretaña (9 y 19), Alemania (12 y 17), Suecia (7 y 16) y España (6 y 9).
Las repetidas explosiones y los fallos de varios reactores de la central nuclear de Fukushima 1 de Japón, averiada por el sismo y el posterior tsunami que asoló el viernes el país, alimentó este lunes el temor a un desastre atómico y disparó las alarmas en Europa, donde existen unos 150 reactores.

Con el propósito de “obtener información de primera mano sobre planes de urgencia y las medidas de seguridad” actuales en el Viejo continente, la Comisión Europea convocó para el martes una reunión de urgencia en Bruselas.

Los ministros europeos de Energía y Medio Ambiente, así como las autoridades nacionales de seguridad nuclear y las grandes compañías del sector, participarán en esa cita.

“Lo que pasa en Japón es claramente un accidente nuclear muy grave y el riesgo de una gran catástrofe no puede descartarse”, admitió la ministra francesa de Medio Ambiente, Nathalie Kosciusko-Morizet, cuyo país cubre el 75% de sus necesidades energéticas con sus centrales, en una reunión en Bruselas.

“Queremos el nivel de seguridad más elevado posible” y “determinar si la energía nuclear es o no controlable”, señaló la ministra, que emplazó empero a “no caer en la precipitación”.

Sin minimizar la “importancia del debate sobre la seguridad”, Elena Salgado, vicepresidenta del gobierno español, llamó a mantener una “perspectiva global” y recordó que las centrales en Japón “por el momento están resistiendo gracias a las medidas de protección”.

Pero Austria, opuesto a la energía nuclear, lanzó una advertencia al resto de europeos: “Nosotros reclamamos la máxima seguridad para nuestra población y todos nuestros vecinos deben poder garantizar la de las suyas”, declaró el ministro de Medio Ambiente, Nikolaus Berlakovitch.

“Queremos controles de resistencia en todas las centrales nucleares de Europa y que se hagan rápidamente”, conminó el austríaco.

“La catástrofe en Japón suscita muchas inquietudes”, subrayó su par italiana, Stefania Prestigiacomo.

“Deseamos entrar en el sistema nuclear de la UE, pero esperamos tener informaciones sobre la situación de las centrales,” precisó Prestigiacomo, cuyo país abandonó este tipo de energía en 1987.

La mayoría de países de la UE tienen centrales nucleares, especialmente Francia (19 centrales y 58 reactores), Gran Bretaña (9 y 19), Alemania (12 y 17), Suecia (7 y 16) y España (6 y 9).