La edición Diciembre 2010-Enero 2011 de la revista Vogue en Francia, pasará a la historia del papel couché como una de las más vilipendiadas. Esto, pues sus protagonistas no eran espigadas modelos veinteañeras, sino que niñas que jugaban a ser grandes vestidas de Versace y Louboutin.

Carine Roitfeld | Wikipedia

Carine Roitfeld | Wikipedia

Los responsables de esta publicación fueron la redactora jefe Carine Roitfeld, una de las mujeres más influyentes de la moda en los últimos 10 años, y el famoso diseñador Tom Ford, quien fue invitado como director en este número de ‘Vogue Cadeaux’.

Como señalaron en El Mundo, al interior de la publicación tres niñas de 7 años -llamadas Thylane, Lea y Prune- aparecieron maquilladas y peinadas como si fueran modelos de la Agencia Elite, luciendo no sólo lujosas joyas sino que además pequeños modelos de diseñadores como Yves Saint Laurent, Bulgari y Boucheron.

¿Cuál era el mensaje detrás de estas imágenes? representar el típico juego en el cual las hijas deciden transformarse en sus madres por unas horas, aunque se piensa que en Vogue las menores representaron poses lejos de la inocencia con “tacones de aguja y ceñidos vestidos de mujer fatal fuera de lugar a tan tierna edad”, según el citado portal.

Esta difusa línea entre la ingenuidad y la osadía de la publicación le pasó la cuenta a Roitfeld, quien fue despedida de su cargo y será reemplazada por Emmanuelle Alt a partir del próximo 1 de febrero.

Pese al sabor amargo de su destino en la industria de la moda, Roitfeld pudo disfrutar su última victoria al mando de Vogue: la edición de las pequeñas modelos se vendió como pan caliente, agotándose a los pocos días, sin importar las múltiples acusaciones de incitar a la pedofilia.

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