La canciller alemana Angela Merkel habló por primera vez de una situación de “guerra” en el conflicto en Afganistán, país al que llegó este sábado para visitar, en vísperas de la Navidad, a los soldados alemanes que se encuentran allí destinados.

“Lo que tenemos aquí no es sólo una situación semejante a una guerra; ustedes están implicados en combates como en una guerra”, afirmó la canciller en su discurso a los soldados en Konduz (norte).

“Se trata de una experiencia nueva”, añadió en declaraciones a un pool de prensa.

“Hemos escuchado cosas parecidas en boca de nuestros padres hablando de la Segunda Guerra Mundial, pero se trataba de otra situación porque Alemania era entonces el agresor”, agregó Merkel.

El viaje de Merkel, a quien acompaña el ministro de Defensa Karl-Theodor Guttenberg y el jefe del Estado Mayor Volker Wieker, no fue anunciado por motivos de seguridad.

Se trata de la tercera visita de Merkel a Afganistán desde su llegada al gobierno alemán en 2005.

La canciller aseguró que el “compromiso militar” de su país en Afganistán “sirve también a la seguridad de Alemania”. “Sin ella no podríamos vivir tan tranquilos y esto hay que decírselo a la gente”, justificó.

“La gente ve a veces esta operación con escepticismo pero, a pesar de todo, están orgullosos de ustedes”, dijo a los militares.

Merkel y los militares guardaron un minuto de silencio en memoria de los 45 soldados alemanes muertos en Afganistán, el último de ellos un joven de 21 años fallecido por disparos el viernes, confirmó el sábado un portavoz del ejército.

Tras visitar a las tropas alemanas en Kunduz, Merkel se desplazó a Mazar i Sharif (también al norte) para entrevistarse con el presidente afgano Hamid Karzai y con el comandante de las fuerzas internacionales, el general estadounidense David Petraeus.

En esa entrevista, Karzai explicó a Merkel “el buen desarrollo del proceso de transferencia de responsabilidades, el refuerzo de las capacidades de las instituciones de seguridad afganas y la mejora de la situación en materia de seguridad”, según un comunicado de la presidencia afgana.

Poco antes de este encuentro, Merkel aseguró ante los periodistas que le acompañan que el progreso en materia de lucha contra la corrupción en Afganistán “no está aún a la medida de lo que nos gustaría ver”.

Unos 150.000 soldados extranjeros, dos tercios de los cuales son estadounidenses, están desplegados en Afganistán para apoyar al gobierno de Kabul frente a la rebelión de los talibanes e intentar ganar la guerra iniciada a fines de 2001, cuando tropas internacionales lideradas por Washington invadieron este país.

El ministro alemán de Relaciones Exteriores, Guido Westerwelle, anunció el jueves que Alemania, que desplegó 4.800 soldados, quería la retirada de todas sus tropas en Afganistán en 2014.

El objetivo de Estados Unidos de retirar las tropas de combate a partir de 2011 y de confiar a las fuerzas afganas la seguridad del país antes de fines de 2014 es, en opinión de los expertos, excesivamente optimista.