El gobierno israelí, controlado por la derecha, aprobó el domingo un controvertido proyecto de enmienda legislativa que obliga a los candidatos a la ciudadanía israelí, sea cual fuere su religión, a jurar fidelidad al “Estado judío y democrático de Israel”.

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Según un comunicado del gabinete del Primer ministro, 22 ministros aprobaron este enmienda, ocho votaron contra, entre ellos los cinco ministros laboristas.

El ministro laborista de Defensa, Ehud Barak, había autorizado a los ministros de su partido (centro izquierda), que son 5 de un total de 30 “a votar en conciencia”.

Este proyecto de ley debe aún ser objeto de tres lecturas por la Knesset (Parlamento), donde el gobierno de Netanyahu cuenta con una mayoría aplastante, para convertirse en ley.

“Todos aquellos que quieren convertirse en ciudadanos israelíes naturalizados deberán declarar que serán ciudadanos leales al Estado de Israel como Estado judío y democrático”, explicó a los ministros reunidos en sesión semanal, y antes del voto, el primer ministro Benjamin Netanyahu.

“El Estado de Israel es el Estado-nación del pueblo judío, al mismo tiempo que un Estado democrático en el que todos los ciudadanos judíos y no judíos, benefician de derechos totalmente iguales”, agregó el Primer ministro.

Este proyecto de enmienda de la ley de 1952 sobre la ciudadanía provoca vivas críticas en la minoría árabe de Israel (20% de la población) que la considera como “racista”, sobre todo porque apunta a los palestinos que se instalan en Israel después de haberse casado con árabes israelíes.

El ministro israelí laborista de Asuntos Sociales Yitzhak Herzog advirtió el domingo contra la “fetidez a fascismo” poco antes de la reunión del gobierno sobre este proyecto de ley.