Los diputados franceses aprobaron el jueves por poco margen el artículo del proyecto de ley de inmigración que permite despojar de la ciudadanía francesa a los extranjeros naturalizados hace menos de diez años que asesinen a un policía o representante de la autoridad pública.

El artículo en cuestión, uno de los más polémicos del proyecto de ley de inmigración impulsado por el gobierno conservador de Nicolas Sarkozy, y el quinto en siete años, fue aprobado después de tres horas de debate en un hemiciclo escasamente concurrido.

La Asamblea Nacional francesa (cámara Baja) cuenta con 577 escaños.

Sólo 75 diputados respaldaron la medida propuesta a fines de julio por el propio presidente Sarkozy durante el denominado “discurso de Grenoble”, que marcó un endurecimiento del discurso oficial en inmigración y seguridad.

En un hemiciclo casi desierto, 57 diputados votaron en contra.

Diputados de la oposición pero también numerosos de la mayoría gubernamental de derecha defendieron en vano la supresión de ese artículo, impulsado por Sarkozy.

“Vamos a revaluar los motivos por los cuales se puede despojar de la nacionalidad francesa”, afirmó Sarkozy en aquel polémico discurso.

“La nacionalidad debe poder ser retirada a toda persona de origen extranjero que haya atentado voluntariamente contra la vida de un policía, un gendarme o cualquier representante de la autoridad pública”, agregaba Sarkozy.

Juristas, organismos defensores de los derechos humanos, de los inmigrantes y la oposición de izquierda, criticaron esa medida por considerarla “ineficaz” pero sobre todo “inaceptable” pues estable categorías de nacionalidad entre los “franceses de nacimiento y los franceses de papel”, contrario a la Constitución.