La justicia francesa condenó a tres miembros de la organización separatista armada vasca ETA a penas de entre siete y 18 años de cárcel por su relación con un escondite de armas descubierto en junio de 2005 en Saint Gaudens, sudoeste de Francia.
Los españoles Miren Itxaso Zaldúa Iriberri y José Segurola Querejeta, fueron hallados culpables por tenencia ilegal de armas y de hechos terroristas y condenados a 18 años de cárcel, mientras que Ohian Barandalla Goñi fue condenado a siete años de prisión, indicó una fuente judicial.
Según la acusación, ese escondite, ubicado en Saint Gaudens, era en realidad un taller logístico del aparato militar de ETA utilizado para fabricar y almacenar armas y explosivos.
En junio de 2005, la policía encontró en ese apartamento desocupado municiones, material para fabricar explosivos (detonadores y dinamita), herramientas para fabricar matrículas de automóviles falsas, documentos de identidad falsos, anuarios telefónicos y documentos internos de ETA en euskera (lengua vasca).
Ohian Barandalla Goñi es sospechoso de haber alquilado el apartamento, que habrían usado José Segurola Querejeta y Miren Itxaso Zaldúa Iriberri, detenidos en marzo de 2005 en Lannemezan (sudoeste), cuando llegaban en un coche a un aparcamiento privado en el centro de esa ciudad.
Querejeta, de 34 años, considerado por las autoridades españolas como uno de los principales responsables del aparato militar de ETA, es buscado en España por un atentado cometido contra una discoteca en Navarra (norte de España) en 2001.
En el coche en que se encontraban los dos presuntos etarras, la policía halló dos frascos de clorato de sodio, un herbicida que puede usarse para fabricar explosivos, una pequeña cantidad de amonal -sustancia explosiva- y elementos utilizados en la preparación de atentados.
Barandalla, detenido en septiembre de 2007 en Cahors (sudoeste) habría sido lugarteniente de uno de los ex jefes militares de ETA, Garikoitz Aspiazu, alias “Txeroki”, detenido en Francia en noviembre de 2008.