La próxima semana, de seguro mañana lunes, se sabrá de manera definitiva si la ciudad de Iquique tiene o no ramadas y fondas Bicentenario.

La duda se basa en la determinación de la alcaldesa Myrta Dubost de cambiar el escenario del epicentro de los festejos dieciocheros desde el tradicional complejo deportivo Tadeo Hancke al sector de Buque Varado, en la Península de Cavancha.

La medida, que a estas alturas ya provocó la estampida de los mayores fonderos de la ciudad rumbo a Alto Hospicio, tampoco ha dejado indiferentes a los habitantes de la Península, sector preferentemente residencial.

Rossana Wachter Soza, vecina del lugar que escogió la alcaldesa Dubost para el jolgorio bicentenario, señaló a La Radio, que La Oficina Regional de Emergencia, OREMI, a raíz de marejadas que se han registrado en las costas iquiqueñas en el último tiempo, sugirió que las ramadas no se instalaran en ese lugar.

Y agregó que muchas de esas instalaciones típicas quedarán a sólo metros de las viviendas, lo que abiertamente dañará la calidad de vida de los residentes durante los festejos patrios.

Otros que no están de acuerdo son los ramaderos. Pedro Olmos, del sindicato número dos de esos trabajadores iquiqueños, señaló que el lugar no les acomoda, pero que la alcaldesa no da su brazo a torcer.

Por su parte, el presidente de la aludida AFI, la Asociación de Fútbol de Iquique, Eduardo Gramattico, indicó que después de ocho años en que las fondas y ramadas se instalaron en el complejo deportivo, lograron sacarlas de allí por el daño que le provocaban al recinto y a la actividad de los 21 clubes que su entidad agrupa.

En tanto, la alcaldesa de Iquique, Myrta Dubost, ha declarado que las reglas están dadas, y si los fonderos quieren aceptarlas pueden participar.

En todo caso, la próxima semana quedará claro si el lugar elegido por la jefa comunal se podrá utilizar para ramadas y fondas, porque los vecinos de la Península Cavancha aún tienen la opción de presentar un recurso de amparo ante la justicia para evitar que su tranquilidad sea perturbada al ritmo de las cuecas, cumbias y reggetones del bicentenario.