Miles de militares y policías fueron desplegados este jueves en Honduras en operativos conjuntos para tratar de frenar la ola de violencia, luego de la ejecución de 17 trabajadores de un taller de zapatería el martes pasado en el norte del país.
Inicialmente, las autoridades hondureñas habían informado que las víctimas mortales sumaban 18 personas, pero luego redujeron el balance a 17 muertos.
Agentes policiales y militares patrullaban en las áreas con mayor incidencia delictiva, en la capital y San Pedro Sula, la segunda ciudad del país, donde el martes pasado desconocidos que portaban armas automáticas mataron a los operarios del calzado.
El ministro de Seguridad de Honduras, Oscar Alvarez, informó a medios locales que “desde la madrugada los patrullajes conjuntos se están dando, en respuesta a la solicitud del pueblo hondureño de más seguridad, sobre todo en las zonas públicas, comerciales y calientes (con mucha delincuencia)”.
Alvarez encabezó el primer operativo durante el cual los oficiales capturaron a una veintena de jóvenes en el centro de Comayagüela, al sur de la capital, que estaban indocumentados o portaban armas. El ministro dijo que “el presidente Porfirio Lobo ha girado instrucciones precisas para que se integre la fuerza del ejército al patrullaje con la policía, y éste es el primer día” de ello.
El portavoz de las Fuerzas Armadas, coronel Benjamín Oliva, afirmó a la AFP que “los patrullajes en la ciudad son la segunda parte de una estrategia en la que la primera consistió en patrullajes en áreas rurales, que se ha hecho desde hace varias semanas”.
“Ayer ya se acordó el patrullaje en las principales ciudades”, subrayó el oficial Oliva. Lobo se reunió el miércoles con su consejo de ministros para hacer una evaluación sobre la masacre de los zapateros y acordó que los militares ayuden a la policía en la prevención de la violencia que golpea el país, uno de los más pobres del continente.
El martes, entre tres y cuatro individuos ingresaron a un taller de zapatería de San Pedro Sula, donde dispararon contra los trabajadores, de los cuales 17 fallecieron y varios resultaron heridos.
Uno de los heridos llevado a un centro de salud y dio informes a la policía sobre dos de los supuestos autores del crimen que ha conmocionado a Honduras.
El sobreviviente “está bajo custodia policial y ha dado información” sobre los atacantes, precisó Elvis Guzmán, portavoz de la fiscalía de San Pedro Sula.