Por 25 votos a favor y una abstención, el Senado aprobó y despachó el proyecto de acuerdo que aprueba el Tratado Constitutivo de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) suscrito en Brasilia, el 23 de mayo de 2008.

De este modo, la iniciativa quedó en condiciones de ser promulgado como Ley de la República.

Por igual votación la Sala ratificó un proyecto de acuerdo presentado por los senadores Hernán Larraín, Carlos Kuschel, Juan Pablo Letelier, Eugenio Tuma e Ignacio Walker, presidente e integrante de la Comisión de Relaciones Exteriores.

La iniciativa apunta a que el gobierno incorpore dos protocolos relacionados con la cláusula democrática y los compromisos con los derechos humanos, cuando ratifique este tratado.

Durante el debate intervinieron los senadores Hernán Larraín, Alejandro Navarro, Ignacio Walker, Jovino Novoa y Andrés Allamand.

El senador Larraín, señaló que este tratado “ha sido objeto de mucho debate sobre todo en cuanto a la aspiración de que la integración de América Latina no sea retórica sino real. Europa es un ejemplo de cómo países distintos logran una unidad que le otorga progreso y provecho a sus pueblos”.

A su turno, el senador Alejandro Navarro, recordó que UNASUR se ha constituido por la vía de los hechos en un referente de integración en América Latina y surge como una instancia de resguardo de los intereses democráticos y garantiza la coordinación de los países de la región”.

Por su parte, el senador Ignacio Walker valoró el apoyo al tratado de integración porque “nunca hemos tenido una entidad que permita la integración de región en su conjunto. El antecedente fue la Comunidad Sudamericana de Naciones, que seguía el modelo de la Unión Europea y cuya idea original era avanzar paso a paso hacia la creación de un referente de integración”.

En lo fundamental, el proyecto de acuerdo aprobatorio de UNASUR combina la regla del consenso y la gradualidad. Si bien las decisiones se adoptan por consenso, una vez que se concurra a la creación de una política o institución, es decir, cuando una política o institución sea aprobada, los Estados Miembros pueden abstenerse o participar de ella en grados variables.