El prorruso Viktor Yanukovich ganó el lunes la elección presidencial en Ucrania con sólo dos puntos de ventaja sobre su rival, la primera ministra prooccidental Yulia Timoshenko, que se resistía a reconocer la derrota tras haber amenazado con masivas manifestaciones en caso de fraude.

Viktor Yanukovich

Con el 97,6% de los votos escrutados, Yanukovich obtenía un 48,49%, 2,57 puntos más que Timoshenko, que logró 45,92%, según datos de la Comisión Electoral.

Un 4,4% de los electores votó contra ambos candidatos, opción prevista por la ley ucraniana, agregó la Comisión Electoral.

Viktor Yanukovich se proclamó vencedor en la noche del domingo y prometió ser el presidente de todos los ucranios.

“Gracias a Dios por ayudarnos a abrir un nuevo capítulo en la historia de nuestro país”, declaró Yanukovich, que invitó a Timoshenko a renunciar a su cargo de jefa de gobierno.

Yanukovich prometió formar rápidamente un nuevo gobierno con una nueva mayoría en el Parlamento y dijo que iba a implementar sin demora las “reformas para superar la crisis económica”.

Sin embargo, Timoshenko se negaba a reconocer su derrota, diciendo que había que contar hasta el último voto antes de proclamar un resultado, mientras que allegados suyos denunciaban “fraudes masivos” a favor de su adversario.

Timoshenko debía dar una conferencia de prensa el lunes a las 15H00 GMT en la sede del gobierno.

Por su parte, la misión de observadores internacionales encabezada por la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) consideró que el proceso electoral en Ucrania tuvo lugar de forma “transparente y honesta”.

El 17 de enero pasado, los observadores ya habían calificado la votación de la primera vuelta de la elección presidencial de equitativa y transparente.

En los últimos días de la campaña, con los sondeos en contra, Timoshenko había amenazado con una segunda Revolución Naranja en el caso de que se registraran fraudes.

El lunes por la mañana, varios centenares de militantes del Yanukovich estaban concentrados frente a la sede de la Comisión Electoral para defender la victoria de su candidato.

En noviembre de 2004, cientos de miles de personas habían manifestado para protestar contra la victoria de Yanukovich en la elección presidencial, exigiendo una tercera vuelta que al final se llevó a cabo y consagró el triunfo del prooccidental Viktor Yuschenko.

“¿Yanukovich? Era previsible y no hubo milagro”, tituló el diario Gazeta po Kievski, cercano a Timoshenko, que destacó el desarrollo “civilizado” de la elección “a pesar de las acusaciones habituales de fraude”.

“La campaña de Timoshenko fue mucho más espectacular, pero la mayoría de los electores optó por el pan y no por el circo”, escribió por su parte el diario Segodnia, favorable a Yanukovich.

Otros medios de prensa se preguntaban si Timoshenko iba a reconocer su derrota.

“Podría estar tentada por una tercera vuelta en los tribunales y las calles. Pero una cosa está clara: la época de los héroes de 2004 (año de la Revolución Naranja) deja el lugar a la de los antihéroes”, señaló el diario económico Ekonomicheskie Izvestia.