Tu lindo gatito puede enfermar seriamente a felinos nativos de Chile

Créditos: Eduardo Silva-Rodríguez | IEB Chile

Martes 03 agosto de 2021 | Publicado a las 15:56

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"Me parece haber visto un lindo gatito" es una frase popularizada por un antiguo programa de televisión, pero en los bosques nativos de Chile este tipo de encuentros se está volviendo cada vez más común y no tiene nada de gracioso.

Un estudio chileno constató las negativas consecuencias que puede traer el encuentro de gatos domésticos con especies felinas nativas del país.

En concreto, el trabajo, que tomó cerca de tres años y se publicó en la Revista Evolutionary Applications, se centró en las güiñas, el felino más pequeño de América.

“Describimos la transmisión de dos virus que afectan comúnmente a gatos domésticos, el de la leucemia felina (FeLV) y el de inmunodeficiencia felina (FIV)”, explicó Constanza Napolitano, líder del estudio.

“La transmisión de estos patógenos ocurre de forma directa, principalmente, a través de la saliva por mordeduras”, agregó la profesora del Departamento de Ciencias Biológicas y Biodiversidad de la Universidad de Los Lagos e investigadora del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB).

Napolitano lleva varios años trabajando con este felino silvestre, desde que inició su tesis doctoral en la Universidad de Chile, y ahora con este estudio que fue parte de un proyecto Fondecyt Iniciación (ANID).

La académica eligió a esta especie porque, al estar estrechamente asociada a bosque y cobertura vegetal, es un buen modelo para entender cómo afecta la pérdida y fragmentación del bosque nativo a las especies que necesitan de estos ecosistemas para vivir.

El estudio

En un comienzo, Napolitano investigó a la güiña mediante técnicas genéticas para comprender los efectos de la pérdida y fragmentación del bosque sobre la diversidad genética de la especie.

En ese contexto quedaron algunas interrogantes por dilucidar, como conocer los efectos de la mayor presencia de gatos domésticos en sectores rurales aledaños a su hábitat boscoso, donde estos animales podrían tener contacto e impactar negativamente a las poblaciones silvestres de guiña.

Para estos fines se tomaron muestras de sangre y tejido a 102 güiñas capturadas o que fueron rescatadas a través de toda su distribución geográfica en Chile, en sectores del centro y sur del país.

Del mismo modo, se tomaron muestras a 262 gatos domésticos de comunidades rurales en estos mismos territorios.

En ambos casos se efectuaron exámenes PCR para extraer el ADN y realizar la secuenciación de los virus.

Resultados del estudio

“Detectamos la infección con ambos virus en las guiñas de forma directa por PCR y secuenciación de los virus. Analizamos esto y encontramos que las guiñas están infectadas con virus de origen genético de gato doméstico”, mencionó Napolitano.

El estudio arrojó que el ADN proviral del virus de la leucemia felina fue detectado en el 20,6% de las guiñas y el 20,2% de los gatos domésticos, mientras que el virus de inmunodeficiencia felina se registró en el 3% de las guiñas y el 3% de los ejemplares de casa.

También se evaluaron signos clínicos de enfermedad en las guiñas a través de hemogramas, análisis bioquímicos sanguíneos, histopatología y otros estudios que luego relacionaron con la positividad de la PCR.

Lo que encontraron, mayormente, fue que la presencia de signos clínicos de enfermedad en las guiñas infectadas es baja, lo que indica que las guiñas, por ahora, no se están enfermando.

Sin embargo, este tipo de virus, los retrovirus, se insertan en el genoma del hospedador al que infectan, como es el caso de las güiñas afectadas.

Eso implica que en cualquier momento estos virus podrían activarse, enfermar gravemente a su hospedero y ocasionar un daño real a las poblaciones de esta especie “como ha sido descrito para otros felinos silvestres a nivel mundial”, acotó la investigadora.

La investigación también abordó la relación entre la positividad del test de PCR en güiñas y el tipo de paisaje en que éstas se encontraban.

Así se descubrió que donde existe presencia humana, hábitats fragmentados, es nueve veces más probable que una güiña estuviera infectada con ambos patógenos.

En otras palabras, las güiñas sin virus estaban asociadas al bosque prístino y continuo, sin humanos ni sus animales domésticos en las cercanías.

“Esto indica que hay una correlación significativa entre presencia de gatos domésticos y mayor infección en las guiñas”, señaló la especialista.

Los resultados advirtieron que la alteración del paisaje natural aumenta la probabilidad de contacto entre gatos domésticos y felinos salvajes, pudiendo así facilitar la transmisión de virus y patógenos entre especies.

Perros igual

De hecho, Napolitano alertó que también se han detectado otras enfermedades debido al contacto de animales domésticos con güiñas.

Ejemplo de ello es lo que ocurre con perros, que pueden contagiar de parvovirus a las güiñas, incluso a través de contacto indirecto, por ejemplo, a través de las heces.

Esto ocurre ya que los parvovirus tienen alta resistencia y persistencia en el ambiente.

“Tener conocimiento de este fenómeno es muy importante para fortalecer medidas de tenencia responsable de mascotas o el cumplimiento de normativas como la impulsada por Conaf en 2015, que prohíbe que las mascotas como perros o gatos puedan ingresar a las áreas silvestres protegidas”, valoró.

Considerando estas evidencias, los autores del trabajo aseguraron que para lograr predecir y prevenir epidemias en felinos salvajes se requiere de más conocimientos e investigaciones que permitan comprender, de manera integral, el vínculo entre ecología y enfermedades infecciosas, preocupación que ha quedado a la vista con mayor fuerza durante la pandemia de covid-19.

“Mediante la investigación, monitoreo continuo, herramientas diagnósticas precisas y modelos predictivos fuertes podremos prevenir que las enfermedades puedan constituir amenazas para la fauna nativa de Chile”, se expresó en el artículo.

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