"Un centro de tortura": Hincha de La U relata crudo trato policial tras barbarie de Avellaneda
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Isabel Hodge

Periodista de contenido audiovisual

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Violencia en estadio de Avellaneda: hinchas de la U brutalmente atacados por barristas de Independiente. Barrista relata detención y maltrato por policía argentina. Les pidieron joyas y celulares. Llegaron a estación policial, los golpearon y gritaron insultos xenófobos. Policía se mostró \'placentero\' tras visita cónsul chileno. No recibieron ayuda del Estado argentino. ¿Acciones judiciales? Ambiente tenso desde inicio, insultos y hasta amenaza de pistola. Intercambio de proyectiles durante partido. Hinchas agredidos al salir. Hijos recibieron golpes. Exigen resguardo del gobierno y equipo.

Lo que debía ser una noche de fútbol internacional en Avellaneda terminó convertido en un episodio de violencia que traspasó la cancha. La hinchada de Universidad de Chile fue brutalmente atacada en la tribuna visitante por barristas de Independiente, hecho que dejó heridos, detenidos y una investigación judicial en curso.

En conversación con Podría ser Peor, Carlos Hormazábal, barrista de La U, entregó un crudo relato de haber sido detenido y maltratado por la policía argentina. 

“Estoy cansado, adolorido, con moretones en el cuerpo”, comenzó relatando. 

El auditor de La Radio explicó que él, junto a sus hijos, ha acompañado a La U a diferentes partidos por Chile, pero esta vez hicieron “un loco” y viajaron hasta Buenos Aires para ver al equipo de sus amores. 

Cronología del terror en Avellanedo

“El ambiente ya estaba raro. Salimos del hotel, vestidos con las camisetas de La U; una persona mayor nos tiró unos insultos, se devolvió y se levantó la chaqueta para mostrar la pistola”, relató.

Explicó que llegaron al estadio junto a la caravana; sin embargo, la entrada al lugar fue desordenada: “El tramo de acceso era un pasillo de metro y medio de ancho; entramos como ganado”.

Durante el entretiempo comenzaron los intercambios de gritos y arrojarse proyectiles sólidos, líquidos y bombas de ruido, motivo por el que detallo que se les pidió a la hinchada desalojar el lugar: “Muchos no quisimos abandonar la cancha de forma inmediata; afortunadamente, no fuimos de los últimos”

Narra que cuando salieron pasaron por debajo de la gradería que ocupaba Independiente, distancia en la que recibieron insultos: “Nos insultaban y nos escupen”.

Ya al salir agrega que: “Un mastodonte se le abalanzó a mi hijo, le hizo una especie de tackle y lo hizo rebotar contra el muro. Reaccioné y me tiré sobre el policía para tratar de liberar a mi hijo”; sin embargo, detalla que unas tres personas lo afirmaron y comenzaron a pegarle, mientras su hijo seguía recibiendo golpes.

“No sé cuántos segundos pasaron; nos hicieron un callejón oscuro, nos subieron a patadas y a palos al interior de esta especie de calabozo (…) Mi hijo tiene el ojo en tinta, había gente con nariz reventada, ojos con sangre”, relató.

Rumbo a la estación de policía

Hormazábal detalla que en el pequeño furgón había más de 50 personas; algunos pedían, por favor, tener más espacio porque no podían respirar, pero ellos no hacían nada. 

“Chilenos traidores, ya van a ver”, manifestó que eso les gritaban los policías. Agrego que, al ver a la calle, los uniformados seguían golpeando a los hinchas con lumasos y, mientras lo hacían, se reían de ellos.

En un momento, el policía les pidió a los hinchas entregar sus joyas, teléfonos celulares y documentos. Hormazábal explica que él, al ser un “zorro viejo”, escondió su cédula de identidad en el calcetín. “Escondí mis documentos en la ropa interior”.

Al llegar a la estación de policía, una cercana al estadio, detalla que al bajar, los uniformados los hicieron entrar a un nuevo callejón oscuro en el que les volvieron a pegar mientras les gritaban insultos xenófobos. 

“Nos decían: ‘Con ustedes me voy a desquitar’”, agregó. 

Agregó que había un joven que era abogado; a su opinión, tuvo la mala ocurrencia de decir que era abogado, puesto que casi lo matan a golpes: “Había otro que dijo que le dolía la rodilla o el pie; se lo reventaron”.

“Con mi hermano no nos protegíamos la cabeza, lo protegíamos a él (a mi hijo)”, detalló. 

Hormazábal relata que a varias personas les estaban reventando las rodillas, por más que los hinchas pidieron que pararan, puesto que, como estaban de rodillas en el suelo, ellos no los tomaban en cuenta y los seguían golpeando. 

En cuanto a las mujeres detenidas, relata que cuando alguien preguntó por ellas, uno de los policías “les dijo que les estaban haciendo algo malo y que ellas estaban gozando”.

Ya a las horas posteriores de estar encerrados, el jefe de los policías se mostró más ‘placentero’ con ellos y les permitió sentarse en vez de estar arrodillados, pero esto, detalla, tenía relación con una visita del gobierno chileno. 

“Viene el cónsul de Chile, quiero que se porten bien; si se portan bien, seré bueno con ustedes. (…) Le dije (al cónsul): ‘Usted no está visitando un centro de detención, sino un centro de tortura’”, manifestó. 

Posterior a la visita del cónsul, fue un funcionario de la PDI, y tras esas visitas la policía argentina se mostró un poco más flexible y les permitió tomar agua y permitir el ingreso de comida que la misma hinchada de La U les compró.

“El Estado argentino no nos dio nada, ni agua. Fue una pesadilla”, fue enfático en indicar Hormazábal. 

Acciones judiciales contra la policía argentina

Al ser consultado si tanto él como la colectividad planean comenzar con una acción judicial por el maltrato recibido, explicó que “por ahora no hay nada”. Personalmente, me sumaría”, dijo.

Hormazabal detalla que quienes deben tomar acciones que resguarden la hinchada son el gobierno, la ANFP y el mismo equipo.

Revisa todos los detalles en la entrevista completa.

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