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En conversación con Expreso Bío Bío, Carolina, chilena que vive hace seis años en Argentina, entregó un crudo relato de los ataques de hinchas de Independiente a la barra de la U. 

La auditora de La Radio adelantó que logró salir del estadio “gracias a Dios” y a su amigo argentino que la protegía; sin embargo, él quedó con un corte en su muslo. 

Carolina se encontraba en la barra de la U, justo en medio de la distribución del estadio. Desde su posición, detalló que lograba ver y escuchar “cómo los barristas de Independiente dieron vuelta todo el estadio y llegaron a la barra de la U”.

“Literal, es como que les abrieron las puertas y dijeron: ‘Vayan, están abiertas las puertas de la carnicería”, agregó. 

Además, manifestó que ella pensaba que: “Si nosotros salimos, nos van a matar, no podemos salir”. Y el tipo decía: “Tienen que salir”, en lo que se refiere a lo que les indicó un guardia. 

“Yo creo que a mí, si había policía, me iban a agarrar igual; mi amigo, que es argentino, se puso frente… Es como una película de terror. Los chilenos caían al cemento y le seguían pegando, no había policía, nos tiraron como carne a la carnicería”, detalló. 

Sobre la crítica a la falta de seguridad, Carolina se sumó a ello, puesto que expresó que “empezó todo mal, en ningún momento hubo seguridad”.

“No había ni seguridad adentro, no había policías resguardando. No había seguridad. Los policías que había estaban afuera; eran capaces de decir: “Vayan para acá”, expresó.  

En su crudo relato, agregó que los hinchas de Independiente: “No respetaron ni edad, ni color, ni nada. A mi amigo argentino ni siquiera lo respetaban”. 

“No tengo palabras para explicar la inseguridad que sentí. Lo que hicieron es un asesinato. Lo que viví ahí es peor que una guerra (…) Yo solo fui a ver un partido de fútbol, y lo que vi anoche fue una matanza. Estoy tan afectada que me devolvería a Chile”, dijo. 

En medio de su estado de shock, Carolina relata que en su labor de técnico en enfermería, ayudó a unos hincas que estaban heridos tras el ataque. 

“Tenía tres cortes en la cabeza y uno en la pierna. No tenía brazos, tenía todas mis manos con sangre”, concluyó.