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En La Araucanía, la red criminal liderada por un clan familiar fue desarticulada en la denominada "Operación Imperio", resultando en la detención de 41 personas y la incautación de bienes de alto valor como un robot de cocina, vehículos de lujo, una lancha y una avioneta. Continúa la formalización de los acusados por lavado de activos, buscando la prisión preventiva de los líderes de la banda.
“Detectar las brechas del sistema”. A eso se dedicaba la red criminal liderada por un clan familiar y que fue desarticulada, en la región de La Araucanía.
Y es que, durante este jueves, en medio de la denominada “Operación Imperio”, se logró la detención de 41 personas y la incautación de especies de alto valor, como un robot de cocina, vehículos de alta gama, una lancha e, incluso, una avioneta.
Cabe mencionar que, en esta jornada de viernes, continúa la formalización de cargos para los acusados de lavado de activos. De hecho, se busca lograr la prisión preventiva de los líderes de la banda, ya que, ayer, 19 de los involucrados quedaron con medidas menos gravosas.
La caída de banda dedica al fraude en La Araucanía
Para conocer más detalles de la investigación, en el Expreso Bío Bío conversamos con el fiscal regional de La Araucanía, Roberto Garrido, quien especificó que “este es el operativo, en relación con delitos económicos, más grandes de La Araucanía. Me atrevería a decir que no sólo en lo que lleva de vigencia el nuevo sistema de enjuiciamiento criminal, sino que de toda la historia, por la cantidad de detenidos y los montos involucrados”.
“Y, obviamente, no es el término de esta investigación, falta todavía varias líneas que ir desarrollando, incluso, surgieron antecedentes el día de ayer, durante la audiencia”, agregó.
La banda criminal liderada por un clan familiar operaba desde el año 2016. Sin embargo, según detalló el fiscal, esta es una investigación que comenzó en octubre del año pasado: “A raíz del análisis de información residual y criminal que se hace en la Fiscalía, empezamos a detectar algunos patrones comunes en estafas, que aparecían como situaciones aisladas, y más bien vinculadas con defraudaciones al sistema bancario a través de obtención de créditos con antecedentes falsos”.
“Luego, en una etapa secundaria, nos dimos cuenta de un posible modus operandi y la existencia de personas que podían estar vinculadas a estos hechos, con un gran patrimonio, y con una justificación muy poco clara del origen de ese patrimonio. Eso alerta sobre la existencia de una situación de lavado de activos y nos genera un equipo conjunto de investigación con la Policía de Investigaciones y el Servicio de Impuestos Interno”, agregó.
Modus operandi
Al ser consultado sobre la forma de operar de esta red, el fiscal Garrido contó que “aquí no hay un complemento con actividades lícitas. O sea, todas las actividades de este grupo familiar y todas las personas que conformaban esta asociación, todos, permanentemente y durante todo el día, lo que hacían era buscar diferentes formas de defraudación (…) Detectas donde están las brechas del sistema”.
En ese sentido, reveló que, “hasta nuestra intervención, las alertas, incluso de las financieras, de los bancos, que podrían ser consideradas las víctimas, tampoco habían dado cuenta de una situación que fuera más allá de un caso concreto”.
Por tanto, según mencionó, “el gran aporte que se realizó por parte del Ministerio Público a la investigación penal es la incorporación de inteligencia, a través de la Unidad de Análisis criminal”.
Ahora, en cuanto a las formas de defraudación que utilizaban, el persecutor detalló que eran varias.
1.- “La más básica consiste en tomar personas que no tienen acceso a productos bancarios o créditos por su situación económica, muchas de ellas, incluso, en situación de calle; falsificar una serie de antecedentes, como sus ingresos, sus calidades profesionales”.
En ese sentido, se enfocaban en falsificar títulos universitarios de ingeniería en minas y contratos de trabajo de Codelco.
2.- “Suplantar la identidad de personas que son propietarias de vehículos de alta gama (…) Y simulaban la transacción de ese vehículo”.
3.- “La creación de empresas de papel, empresas ficticias que obtenía su reconocimiento y solicitaban o suscribían un contrato con empresas que proveen máquinas que permiten pagar con tarjetas de crédito o débito; se realizaban transacciones que, en realidad, eran ficticias con estas tarjetas; estas empresas depositaban esos montos a quien había celebrado el contrato con ellas; y luego se cancelaban todas esas operaciones (…) Se daban cuenta que no existían esas empresas con las que habían suscrito ese contrato”.