Un día como hoy, pero hace 83 años, el seminarista Marcial Maciel Degollado funda la congregación Legionarios de Cristo. En dicho lugar, el católico fue conocido por ser un delincuente, depravado y abusador sexual de menores (al menos 60 niños). Mismos delitos que cometieron muchos de sus seguidores.
El Vaticano intentó ocultar lo anterior, hasta que se les hizo imposible esconderlo.
Antecedentes de Maciel:
Marcial Maciel Nació en México en 1920. Sus ancestros fueron santificados y obispos, es por ello que Maciel siguió fácilmente la carrera sacerdotal.
Desde su adolescencia ingresó a seminarios y con 21 años, fundó los Misioneros del Sagrado Corazón y la Virgen de los Dolores, la cual posteriormente se conocería como congregación Legionarios de Cristo. Estudió en España, pero dos años después lo expulsaron (no se conocen las razones).
Logró entrar al
Vaticano gracias a sus contactos familiares y en el año 1946 fue
bendecido por el papa Pío XV.
La congregación de Marcial surgió rápidamente gracias al apoyo económico que le otorgaban los contactos que tenía en la alta sociedad mexicana.
Decreto de alabanza:
En el año 1965, el papa Paulo VI otorgó a la congregación Legionarios de Cristo el decreto de alabanza, lo que le daba la potestad de expandirse por donde quisiera.
Karol Wojtyła apoyó al abusador y lo ayudó a cubrir su espalda, dicha acción fue clave para mantenerlo a salvo. Degollado abusó de niños, mujeres y hombres, además se le acusa de estar involucrado en problemas con dinero.
“Para abusarnos nos explicaba el privilegio que era para nosotros estar con él y servirle incluso con el sexo”
- Elena Sada, víctima de Maciel
Informe del año 2019:
En el año 2019, el Vaticano ya estaba al tanto de las denuncias de abusos cometidos por Maciel y de otros integrantes de la congregación.
Se dio cuenta de todos los delitos realizados por el mexicano y se afirma que 175 menores de edad fueron abusados por 33 sacerdotes de la congregación, también 90 alumnos fueron víctimas de seminaristas.
Finalmente, En el año 2006 se le ordenó dejar el sacerdocio público para dedicarse a una vida de oración y arrepentimiento. Falleció por muerte natural en 2008.
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