En diciembre de 1996, se estrenaba en los cines, Scream de Wes Craven, del director que revitalizó el género slasher. Aunque pocos saben que la película, se basó en el homicidio de cinco estudiantes universitarios que ocurrió en el lapso de cuatro días.
El responsable fue Danny Rolling, un hombre oriundo de la ciudad de Shreveport (ubicado en el estado de Luisiana, EE.UU.) que asesinó a sangre fría y posteriormente recibió la inyección letal por sus crímenes que azotaron a Gainesville, Florida.
Las víctimas tenían características físicas similares, siendo en su mayoría mujeres, que tenían el pelo oscuro, eran caucásicas y de ojos cafés, mientras el único hombre asesinado, fue una víctima circunstancial por estar en el lugar y momento equivocado.
Hasta el día de hoy, se recuerdan a Sonja Larson, de 18 años, Christina Powell, de 17, Christa Hoyt, de 18, Tracy Paules, de 23, y a Manny Taboada, de 23, como los jóvenes que murieron prematuramente a manos de este asesino en serie.
¿Quién es Danny Rolling?
La infancia de Danny Rolling, estuvo fuertemente marcada por la violencia intrafamiliar. Su padre, James, era un veterano de guerra que padecía estrés postraumático, siendo un hecho que dejó secuelas en su vida.
Es más, durante gran parte del tiempo, Danny estuvo involucrado en situaciones delictuales como perpetrar un robo a mano armada.
Son este tipo de hechos que ocasionaron que cayera en un espiral de violencia y terminó con Rolling huyendo a Florida, después de dispararle a su padre, un oficial de policía de Shreveport. Rolling, que nació en una familia donde su padre, abusaba físicamente de él, le dijo a Danny que era un hijo indeseado, desatando en él una furia que fue creciendo con los años, así consignó el diario Sarasota Herald Tribune.
A todo esto, Rolling, llegó a Gainesville en un autobús Greyhound, levantó una carpa en el bosque cerca del campus de la Universidad de Florida y se propuso convertirse, en una “superestrella” entre los criminales.
Como su modus operandi, el asesino llegaba a las casas de sus víctimas muy temprano por la mañana, momento en que aprovechaba de poner música al alto volumen durante los crímenes. Por otra parte, robaba la ropa interior de sus víctimas, además de extraer miembros de sus cuerpos, usando un cuchillo de quince centímetros.
De esta forma, inició la ronda de asesinatos durante la mañana del 24 de agosto de 1990.
Los homicidios del asesino que inspiró a Ghostface
Durante ese día, Rolling irrumpió en la casa de Sonja Larson, de 18 años, y Christina Powell, de 17, quienes estudiaban en la Universidad de Florida.
Rolling aprovechó que las estudiantes dormían para cometer los homicidios, a Sonja le tapó la boca con cinta adhesiva para que aislar sus gritos. Luego aprovechó su fuerza para incapacitarla y violarla, lo mismo ocurrió con Cristina, que fue brutalmente atada por el hombre. Según recogió el diario Clarín, Una vez asesinadas, colocó a las jóvenes en posiciones sexuales provocativas. E incluso, antes de irse, Danny se duchó.
Esta frialdad se ejemplifica porque Daniel Rolling se llevó uno de los pezones de sus víctimas.
Sin embargo, la ola de homicidios no iba a terminar ahí, puesto que al día siguiente entró a la casa de Christa Hoyt, quien no se encontraba en su casa. Así que después de regresar, Christa fue sometida por Rolling, que la estranguló y posteriormente la decapitó. De hecho, antes de irse, colocó su cabeza y los pezones en una estantería frente al cadáver, recogió el diario argentino.
Para el 27 de agosto, Rolling nuevamente asesinó y mutiló a Tracy Paules y Manuel “Manny” Taboada, ambos de 23 años. Al respecto, a Taboada Rolling le asestó más de 30 puñaladas. Mientras Tracy, que se percató de la situación, intentó huir sin éxito, siendo apuñalada en reiteradas ocasiones.
Atrapan al “destripador de Gainesville”
Si bien en un primer momento las sospechas recayeron en Ed Humphrey, un estudiante universitario con problemas de salud mental. No obstante, una pista de Cindy Juracich, una vecina de Shreveport, descubrió la conexión entre los asesinatos de Gainesville y un triple homicidio ocurrido en la ciudad.
“Tras los horrendos asesinatos, todo el mundo se asustó”, declaró Cindy Juracich, a 20/20 de ABC News. Según los indicios, Rolling fue el homicida de Julie Grissom, y de su pequeño sobrino y también de su padre, que murieron en extrañas circunstancias.
Así las cosas, Juracich, develó que había conocido a Daniel Rolling en la iglesia. “Mi esposo me dijo de inmediato: ‘Ese tipo es raro’. Y yo le respondí: ‘No, Danny es Danny"”.
De acuerdo al testimonio de la mujer, Rolling le había hecho comentarios inapropiados a su entonces esposo. Al principio, Juracich desestimó los comentarios, pero la noticia de los asesinatos hizo que contactara a la policía. “Dije: ‘¿Qué clase de problema tenía Danny?"”, relató Juracich, según informó ABC News, “[y su entonces esposo Steven le respondió]: ‘Le gusta clavar cuchillos a la gente"”.
Cuando el homicida fue detenido y acusado formalmente por las muertes ocurridas en Florida dos años después, Rolling esgrimió haber sido motivado a cometerlos por una personalidad maligna llamada “Géminis”.
Para febrero de 1994, Rolling se declaró culpable de sus crímenes mientras su madre relataba ante el jurado los abusos que había sufrido a manos de su padre, según informó Shreveport Times. “Hay cosas de las que simplemente no puedes huir, y esta es una de ellas”, dijo Rolling al juez.
Finalmente, Rolling recibió la inyección letal en la Prisión Estatal de Starke, en el norte del estado, en octubre 2006, a los 52 años. “Es una situación difícil, pero es necesario pasar por ella”, dijo Dianna Hoyt, cuya hijastra fue asesinada y decapitada por Rolling. “Es muy duro para nosotros ver morir a alguien más. Pero se lo merece”, afirmó, luego de presenciar la muerte del peor homicida que ha sacudido la historia reciente de Estados Unidos.