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Influencer lamenta haberse hecho una bichectomía y ’destruir su cara’: "Me convertí en una calavera"

28 abril 2021 | 16:37

Las cirugías estéticas son un tema que no debe tomarse a la ligera, ya que son cambios que se realizan en el cuerpo que, en muchas ocasiones, acompañaban a las persona para siempre.

Es por esto que muchos especialistas constantemente llaman a las personas a informarse, averiguar y leer casos de personas que se hayan sometido a este tipo de operaciones, antes de tomar decisiones de las cuales se puedan arrepentir.

En los últimos días saltó a la palestra el caso de una influencer brasileña llamada Jessica Frozza, quien a través de redes sociales relató el calvario personal que ha vivido luego de realizarse un procedimiento estético denominado como bichectomía.

A grandes rasgos, esta es una intervención quirúrgica en la que un médico extrae las bolas de Bichat o Bolsas de Grasa Bucal (BGB) desde un paciente con el objetivo de “adelgazar” su rostro. Éstas se encuentran en la parte interior de las mejillas y su tamaño varía según la genética.

Si bien los resultados suelen ser alentadores, existen muchas personas que pasado un tiempo se arrepienten de haber tomado la determinación. En su caso, Frozza sostuvo que debió haber pedido más opiniones de expertos.

“Me convertí en una calavera, ¿por qué nadie me avisó?. Mi cara se cayó, no reconozco mi rostro”, expuso en un momento.


La joven posteriormente bajó la publicación de Instagram, pero estas fueron replicadas por el portal brasileño UOL.

Allí, la influencer sostuvo que los médicos habían llevado a cabo un trabajo correcto, pero se quejó de que nadie le había advertido que aquel procedimiento no era el indicado para ella.

En el video, la muchacha sostuvo que trató de recuperar la forma natural de su cara por medio de implantes de silicona en sus mejillas, pero los resultados tampoco fueron satisfactorios y decidió revertir el proceso.

Por lo pronto, Frozza sostiene que se encuentra realizando tratamientos naturales para forzar la producción de colágeno en las zonas de flacidez de su rostro, como mejillas y pómulos.

“Tuve un trastorno de imagen severo y gracias a Dios hoy estoy en deconstrucción. Me voy a quitar la prótesis de silicona y empecé a quererme a mí misma y a mejorar lo que tengo. ¡Aceptando lo que Dios me ha dado!”, sostuvo.

“¡Es doloroso! ¡Sufrí y lo sufro mirándome en el espejo todos los días!”, concluyó.