A nivel país, nos encontramos en un momento de inflexión con una población afectada por el alza de precios en general. Esto hace necesario que el Estado revise en profundidad el gasto público, ya que históricamente siempre van unidos el aumento de deuda e inflación, lo que a la larga provoca pobreza en sus habitantes y la decadencia del país.

Ya hemos dicho que la inflación es un impuesto que afecta a las personas y que no pasa por el parlamento, pero que tiene origen en una incompetencia política en la administración del Estado y que se esconde con el cobro de mayores impuestos para las personas. Además de ser un núcleo creador de gasto público o empresas que viven del presupuesto público.

El aumento del gasto público es una constante en la historia económica de los países, en los cuales las estructuras burocráticas se inflan, pero solo en una dirección, teniendo los políticos nula o poca capacidad de reformar el Estado y recurriendo a subir los impuestos, lo cual termina dañando la economía productiva. Aún estamos a tiempo de realizar las reformas adecuadas para evitarlo.

Lo peor del gasto público es que nunca se evalúa su efecto. Los políticos entienden la eficiencia presupuestaria en que se gaste todo lo destinado a esa partida sin evaluar si lo gastado tuvo efecto positivo.

Un ejemplo de esto es que siempre se dice que hemos gastado tanto en educación y al año siguiente si el presupuesto de educación aumenta dicen: “lo hemos hecho bien”. Pero nadie evalúa el efecto de este mayor gasto, ni los gobernantes ni los políticos establecen criterios de si los jóvenes están saliendo mejor educados, con mejores valores, una mejor ética del trabajo, con mejor ética del esfuerzo o un plan de carrera más rico.

Esta misma situación ocurre en el área de la salud, cada año se ha ido gastando más, pero no se evalúa si tenemos una mejor calidad o acceso a la salud. Eso limita mucho más las herramientas de gestión.

El foco del gobierno debe ir en crear las condiciones en que las personas que quieran puedan emprender de manera tranquila en el negocio que sea, ya sea pequeño o grande. El foco debe ir en que las personas puedan crear dinero y no agarrarlos a palos con inflación y alzas de impuestos, que a la larga sólo generan pobreza.