CONTEXTO | Agencia UNO

La pobreza no es un arma de campaña

06 diciembre 2025 | 08:30

Discutir sobre pobreza es necesario, pero hacerlo sin rigor solo confunde. Cuando las convicciones reemplazan a los datos y la desconfianza a la evidencia, la realidad de quienes más necesitan pierde protagonismo.

Es la segunda vez, en menos de una semana, que el candidato José Antonio Kast cuestiona las cifras oficiales de pobreza.

En el Foro Social Presidencial de Radio Cooperativa, afirmó que los datos de la Encuesta Casen “eran falsos” y luego en el Debate ARCHI sostuvo que “trataron de engañar a la opinión pública diciendo que habían bajado la pobreza y no la habían bajado” y que este Gobierno “nos llevó a ser un país más pobre”.

Repetir afirmaciones falsas no las vuelve ciertas, pero sí daña la confianza en instituciones construidas durante décadas y representa un riesgo para el acervo estadístico del país. Por respeto a esa institucionalidad es necesario aclarar algunos asuntos.

Encuesta Casen

La Encuesta Casen no es un insumo al arbitrio del gobierno de turno. Es el principal instrumento para medir la pobreza en Chile y su diseño evita cualquier intervención discrecional.

Se levanta mediante licitación pública, cuenta con la asistencia técnica del INE, un panel de personas expertas acompaña todo el proceso, el cálculo de los principales indicadores lo realizan organismos internacionales autónomos, como CEPAL y PNUD, y su método deriva de estándares internacionales de medición.

Cuestionar su integridad implica acusar de colusión estadística a universidades, organismos técnicos, centros de estudio, consultoras externas y expertos de todos los sectores políticos.

La cifra enarbolada por el candidato no es una estadística oficial. Es un ejercicio alternativo elaborado en 2023 por su actual asesor económico. Surge de una adaptación metodológica individual, que no fue validada por CEPAL, no tuvo una revisión externa, no se aplicó sobre un marco aprobado y no busca continuidad en el tiempo. Puede servir para un debate técnico, pero es irresponsable presentarla como si fuera una medición oficial o usarla para cuestionar cifras correctamente estimadas con la metodología vigente.

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El problema metodológico que ese ejercicio menciona, referido al tratamiento del alquiler imputado, se discute hace más de una década. Por eso, mucho antes de que el candidato lo instalara en la campaña, en mayo de 2023, el Ministerio de Desarrollo Social y Familia anunció la conformación de una comisión de personas expertas de todos los sectores para revisar la metodología de medición de la pobreza en Chile.

Ese trabajo se realizó desde diciembre de 2023, con transparencia y validación de CEPAL, PNUD e INE. De ese proceso surgió la nueva metodología que se aplicará a la Encuesta Casen 2024, cuyos resultados se publicarán en enero de 2026. Así opera un Estado serio. No improvisa cifras en campaña.

Defender la institucionalidad estadística

La gravedad de las afirmaciones que circulan no radica solo en su falsedad, sino en que abren una puerta que Chile siempre mantuvo cerrada: la politización de las estadísticas oficiales. Si cada candidatura crea su propia cifra de pobreza, el país pierde la posibilidad de contar con un diagnóstico común, que es el piso mínimo compartido para construir políticas públicas robustas. Sin eso, la discusión pública se vuelve un intercambio de sospechas, no de ideas.

El Gobierno convocó a especialistas, escuchó, contrastó posiciones y llegó a acuerdos para actualizar la medición de la pobreza. La pluralidad de dicha convocatoria no es un simple gesto; es la condición necesaria para una modificación metodológica ampliamente legitimada. Ese diálogo amplio es el que debe existir cada vez que el país se mira a sí mismo.

Defender la institucionalidad estadística es defender la conversación democrática. Las cifras oficiales son correctas bajo la metodología vigente y la nueva medición será mejor porque hubo voluntad de generar un estándar más exigente y acorde con la realidad socioeconómica actual del país.

Discutir sobre pobreza es necesario, pero hacerlo sin rigor solo confunde. Cuando las convicciones reemplazan a los datos y la desconfianza a la evidencia, la realidad de quienes más necesitan pierde protagonismo. Y quienes más dificultades tienen para gozar de las bondades de nuestra patria merecen estar en el centro, no en la trinchera política.