El minero Rodrigo Piñones (49) era primo de Paulo Marín (48), uno de los trabajadores fallecidos en la tragedia de la mina El Teniente de Codelco. En entrevista con La Tercera, el sobreviviente al derrumbe confesó que está evaluando dejar la minería: “Esta no la cuento dos veces“.
Ese 31 de julio, Piñones y Marín eran parte de la cuadrilla de ocho integrantes que trabajaba en perforar muros de roca para que otro equipo pudiera instalar cañerías de agua y cables de alta tensión.
“Esa es una zona segura. Se supone que ahí no pasa nada. El túnel estaba fortificado con barras, con pernos. También tenía cables de seguridad y una malla de seguridad. Es casi tan seguro como trabajar en una oficina. Porque ahí trabajan los Codelco”, dijo al mencionado medio.
A eso de las 17:30 se produjo el derrumbe de Andesita, el primero donde Piñones trabajaba y el segundo donde quedaron atrapados los cinco mineros que fueron hallados muertos días después.
En ese momento, cuenta que se le salió el casco y cayó al piso, mientras le caían rocas sobre el cuerpo. “Después del ruido, yo estaba tapado en piedras. No nos dio tiempo para nada (…) yo no vi más a mis otros compañeros. Empezaron a caer piedras. Yo solo reaccioné y me tapé la cabeza con los brazos”, recordó.
Piñones logró ser rescatado por un jefe de turno y un equipo, quienes le sacaron una piedra grande que aplastaba su pierna izquierda y que no lo dejaba moverse, lo que más tarde le provocó un esguince.
“Sentía dolor y angustia de que me pudieran sacar antes de que cayera todo. Después de que me sacaron, el lugar donde yo estaba quedó completamente tapado”, señaló.
Sobre la muerte de su primo, reveló que se enteró cuando estaba en la clínica. “Les preguntaba constantemente a los paramédicos que me iban atendiendo si es que tenían noticias. Al final uno me dijo: el Paulo ya no está. Lo habían encontrado muerto“, expresó.
Tras la lamentable noticia, se enteró de que cinco empleados de la constructora Gardilcic se encontraban desaparecidos.
“Pensé que estaban todos muertos. Que era imposible que los encontraran con vida, por la cantidad de roca que cayó. Se hablaba de un refugio, pero ¿cómo alguien va a arrancar al área del refugio? A alguien que lo agarró la onda expansiva, quizás. Pero no a alguien que estaba en el mismo lugar de la explosión”, sinceró.
Asimismo, relató que él mismo pudo haber perdido la vida el día del incidente en El Teniente.
“Si estaba al lado de él (de su primo), a un par de metros. Pude haber sido yo o cualquiera de mis compañeros. El otro día, cuando miraban esas piedras inmensas, me decían que no sabían cómo me salvé”, contó.
El minero, que se recupera en Illapel, dio a conocer que está evaluando si seguir en el rubro. “Estoy pensando en si dejo la minería o no. Es que esta no la cuento dos veces“, zanjó.