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Inseguridad y déficit de conductores: los retos que enfrenta el transporte terrestre de carga en Chile

Jueves 24 julio de 2025 | 17:21

Sebastián Rodríguez Birke

Periodista. Colaborador de contenido patrocinado

Agencia UNO
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El transporte terrestre de carga en Chile enfrenta desafíos cruciales para su fortalecimiento, destacando la inseguridad por robos y atentados, así como la escasez de transportistas. La violencia en las carreteras, especialmente en la Macrozona Sur, ha impactado el sector, aunque se ha reportado una disminución en los incidentes según informes oficiales. El reciente ataque incendiario a la Central Hidroeléctrica Rucalhue evidencia la gravedad de la situación. La falta de conductores capacitados agrava la crisis, con estimaciones de hasta 10.000 conductores faltantes, debido a la pérdida de relevos generacionales y la complejidad tecnológica de las flotas actuales.

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El transporte terrestre de carga atraviesa momentos decisivos en Chile, dado los grandes desafíos para garantizar el fortalecimiento del rubro. La inseguridad, reflejada en robos y atentados que sufre la industria, así como la escasez de transportistas, son algunas de las principales preocupaciones dentro del sector.

El crecimiento de este rubro está vinculado a la situación económica que atraviesa el país. En ese contexto, actores del sector plantean la necesidad de potenciar el progreso a nivel nacional, para generar mayores inversiones y, por lo tanto, más empleos en la industria.

Situación actual en seguridad

Una de las principales inquietudes de los conductores y de sus empleadores es la seguridad al transitar por las rutas en el país.

Esto, dado los episodios de violencia y atentados que han sufrido los servicios logísticos de transporte, especialmente en la Macrozona Sur. Según datos de la Confederación Nacional de Dueños de Camiones de Chile (CNDC), desde 1998 se han quemado cerca de 2.000 camiones, cifra que se incrementó a partir de 2019.

Sin embargo, durante la Cuenta Pública del 1 de junio de 2025, el presidente Gabriel Boric destacó el descenso significativo de la violencia en la zona de conflicto: “La cantidad de lesionados disminuyó en más de un 70%, hubo un 60% menos de ataques incendiarios, y se redujeron en 82% los inmuebles incendiados”.

En el “Informe sobre Evaluación del Estado de Excepción Constitucional” de la Subsecretaria de Seguridad Pública, también se plantea esta reducción de eventos de violencia rural con una “disminución de un 51% respecto a 2024 y un descenso del 77% en comparación con 2021”.

Efectos en la industria

A pesar de las cifras, el sector se mantiene en alerta por estos episodios. Uno de ellos, fue el ataque incendiario de transporte de carga más grande registrado en el país, según la CNDC, ocurrido el 20 de abril de 2025, con la quema de 50 maquinarias de la Central Hidroeléctrica Rucalhue, ubicada en la comuna de Santa Bárbara, región del Bio Bio.

En conversación con BioBioChile, José Villagrán, presidente de la Federación de Transportistas de Carga del Sur (Fedesur), habló sobre el momento que vive el rubro con esta crisis.

Hoy, la seguridad en carretera, la verdad que es nula. Como camioneros, tenemos que hacer un tremendo esfuerzo para poder salir a trabajar. Cuando salimos en la mañana, no sabemos si vamos a volver, si lo vamos a hacer con o sin camión”, precisó.

Junto con esta inseguridad en las carreteras, los transportistas también están constantemente expuestos a robos tanto de la mercadería que trasladan como sus propios camiones.

Daniel Fernández, gerente general de Transportes MR, explicó cómo esta crisis de seguridad afecta a la industria, en especial a las Pymes. “No tenemos la seguridad en las rutas, eso implica mucho cuando eres un pequeño empresario. Un robo o cualquier siniestro que tú tengas, conlleva dar marcha atrás”, comentó.

Escasez de conductores

Otra problemática que sufre la industria en la actualidad, es la falta de conductores capacitados para el desplazamiento de transportes de carga. Desde la CNDC estiman que podrían faltar hasta 10.000 conductores, y esto responde principalmente a factores de oferta y demanda del mercado.

El oficio de camionero se ha caracterizado por ser una labor que suele traspasa dentro de las propias familias, de generación en generación. Sin embargo, esto en la actualidad ya no sucede.

“Lo que ha ocurrido en los últimos veinte años, es que los hijos de los conductores ya no quieren serlo, quieren estudiar. Ese semillero de conductores que antes había, por consecuencia, hoy no existe”, afirmó José Miguel Gelvez, gerente general de Transportes Nazar, ante esta pérdida de relevo generacional en el rubro.

La falta de nuevos conductores evidencia la problemática de la complejidad para los choferes más experimentados de adaptarse y ser eficientes en flotas cada vez más tecnológicas, con muchos procesos computarizados.

Al respecto, Gelvez advierte que “hay una brecha significativa entre las capacidades que tiene un camión y lo que puede ofrecer en promedio un conductor”.

Además, la inseguridad presente en rutas y carreteras es otro factor que contribuye a este déficit, especialmente en el caso de conductores que han sido víctimas de delitos y requieren un proceso de recuperación.

En este sentido, Javiera Labbé, gerente de personas de Transportes Labbé, ahondó en los efectos que tienen estas condiciones para el conductor: “Si no hay seguridad para ellos, no pueden viajar tranquilos”.

“Es un estrés extra, influye en su calidad de vida, en la forma que trabajan, en su estado de ánimo (…). Al final, porque deben estar preocupados en cosas externas en las que no deberían estar preocupados”, comentó.

Por su parte, presidente de Fedesur afirmó que tienen un 30% de déficit de conductores. “Nadie quiere estar en esta actividad, porque es muy peligrosa. Antes los conductores eran familias enteras, partía el abuelo, después el padre y los hijos. Todos permanecíamos relacionados con este rubro. Pero con las condiciones actuales nadie quiere ser conductor”, aseveró.

La inseguridad y la falta de conductores no son desafíos aislados para la industria, sino factores críticos que afectan a un sector crucial para el desarrollo del país. Requiere de un esfuerzo conjunto con autoridades y capacitaciones para garantizar un transporte de carga efectivo, moderno y seguro.

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