Los liberales del primer ministro Mark Carney ganaron las elecciones federales de Canadá este lunes, según la proyección de la emisora pública CBC. El triunfo marca un giro histórico para un partido que, hace solo meses, enfrentaba una derrota aplastante. La influencia de las políticas arancelarias de Donald Trump y sus ataques a Canadá emergieron como factores clave en la sorpresiva victoria.
La campaña estuvo dominada por la tensión comercial con Estados Unidos (EE.UU). En la primera semana, Trump anunció aranceles a automóviles extranjeros, lo que desencadenó represalias canadienses.
Horas antes de los comicios, el mandatario estadounidense reiteró en redes sociales su amenaza de convertir a Canadá en “el estado número 51“. Ante ello, Carney, exgobernador del Banco de Inglaterra y novato en política, capitalizó el clima de incertidumbre, presentándose como una “mano firme” ante la desestabilización, consignó el The Washington Post.
El ascenso liberal contrasta con el colapso conservador. Bajo el liderazgo de Pierre Poilievre, los conservadores proyectaban un gobierno mayoritario histórico hace un año. Sin embargo, la renuncia de Justin Trudeau en enero y el regreso de Trump redefinieron el panorama. Para marzo, cuando Carney convocó elecciones anticipadas en Canadá, los conservadores habían perdido una ventaja de 20 puntos.
“Decir que no tiene precedentes no solo es quedarse corto”, afirmó Lori Williams, politóloga de la Universidad Mount Royal, “sino que minimiza la magnitud del cambio”. Analistas calificaron el giro en la opinión pública como “sísmico“, cuestionando el futuro del liderazgo de Poilievre y la capacidad conservadora para unir a sus facciones.
Economía en recesión y patriotismo: la doble batalla de Carney en Canadá
Canadá enfrenta presiones económicas críticas, el 80% de sus exportaciones dependen de Estados Unidos; y los aranceles de Trump ya impactan la confianza de empresas y consumidores.
En esa línea, el Banco de Canadá advirtió que una guerra comercial prolongada podría hundir al país en recesión. A esto se suman el estancamiento económico, el encarecimiento de alimentos y la crisis de vivienda para jóvenes.
Carney, de 60 años, enfocó su mensaje en la experiencia técnica. “He manejado crisis antes“, declaró en un mitin. “Este es un momento para la experiencia, no para los experimentos”, añadió. Prometió renegociar la relación comercial con Estados Unidos, diversificar socios “confiables” y cumplir los compromisos de gasto en defensa de la OTAN para 2030. “La vieja relación con Estados Unidos, basada en integración económica y cooperación militar, ha terminado”, sentenció.
Poilievre, de 45 años, centró su campaña en criticar el legado de Trudeau, especialmente el impuesto al carbono, que vinculó con la inasequibilidad de la vida. Sin embargo, tras la salida de Trudeau, su narrativa perdió fuerza. “Sé que quieres competir contra Justin Trudeau”, le espetó Carney en un debate. “Justin Trudeau no está aquí”.
El estilo Trump que alejó a los indecisos
Poilievre minimizó las amenazas de Trump, en parte por el apoyo que el presidente mantiene en su base. Sin embargo, su enfoque en temas como eliminar la “cultura woke” de los militares o recortar ayuda exterior evocó comparaciones con el exmandatario estadounidense. Analistas señalaron que esto restó seriedad a su propuesta en un contexto de crisis, detalló el Post.
En la recta final, los conservadores publicaron anuncios sin mostrar a Poilievre, señal de que su estilo “pugilístico” repelía a sectores clave. Así las cosas, votantes de centroizquierda, tradicionalmente alineados con el Nuevo Partido Democrático o el Bloque Quebequense, optaron por los liberales para bloquear una victoria conservadora.