Óscar Landerretche, economista y docente de la Universidad de Chile, aludió este lunes que la izquierda necesita “modernizar” su visión del mercado laboral; y que dos de las principales banderas de lucha de este Gobierno, como el alza del salario mínimo y las 40 horas, tienen un efecto más bien “simbólico, con poco efecto real”.

En entrevista con La Segunda, el académico y militante del Partido Socialista explicó que el país necesita renovar la metodología con la cual se mide la tasa de desocupación.

Lo anterior, dijo, porque el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) mide esa tasa “con las personas desocupadas, pero que están buscando trabajo, dividido por la fuerza de trabajo, es decir, la gente que está trabajando o está desocupada, pero buscando trabajo”.

Su razón para renovar esa fórmula es porque “si un trabajador no está ocupado, pero tampoco está buscando empleo, porque, por ejemplo, considera que el mercado laboral está demasiado malo y no vale la pena, entonces no aparece ni en el numerador ni en el denominador, porque está fuera de la ‘fuerza de trabajo"”.

A juicio de Landerretche, y por diversas razones, “hay que actualizar la visión del mercado laboral de la izquierda”.

“Están atrapados en una mirada de un mercado laboral que ya no existe, que hoy es mucho más líquido”, apuntó a La Segunda.

En sus postulados, asimismo, planteó que “no tenemos que fijarnos en si la gente está ocupada o no. Tenemos que fijarnos en la capacidad de las familias de ganar plata”.

Y en la misma línea, mencionó la necesidad de medir a los trabajadores que, por ejemplo, han cambiado de un empleo a tiempo completo a uno de media jornada, porque el INE los sigue calificando como “empleados”, pero no considera el cambio en sus ingresos.

Las 40 horas

Desde la perspectiva que la izquierda debe modernizar su visión del mercado laboral, sostuvo que los gremios estuvieron disponibles a negociar con Jeannette Jara -exministra del Trabajo y ahora aspirante a La Moneda- porque los cálculos del INE ya aseguraban que “el promedio de horas trabajadas efectivas en el mercado laboral chileno ya era 40,7”.

“No me parece entonces demasiado sorprendente que los gremios empresariales estuvieran tan disponibles a negociar con la ministra Jara algo que, en el fondo, el mercado ya estaba haciendo”, sentenció.

“(…) Tanto el salario mínimo como las 40 horas son básicamente instrumentos simbólicos, con poco efecto real. Desde mi punto de vista, eso es lo que está pasando con la conversación sobre el mercado laboral. Está siendo dominada por representaciones simbólicas y no estamos enfrentando los verdaderos problemas”, expresó.

Por todo, opinó que esas medidas le sirven a la izquierda “para decir ‘estamos reduciéndole la jornada a los trabajadores’. Y por el lado de la derecha, también les sirve, porque dicen ’40 horas, qué desastre, esta gente quiere regular todo"”.

Por último, Landerretche mencionó que “no estamos creciendo” y que, en gran medida, esa es la razón del estancamiento del mercado laboral.