Del ascenso a la Copa Sudamericana, así ha sido la meteórica escalada de un Ñublense que marcha sublíder del presente Campeonato Nacional y que tiene al mando a uno de los entrenadores más prometedores del balompié nacional; Jaime García.
Parece un sueño, pero no lo es. Ñublense vive uno de los presentes más extraordinarios de su historia, luego de pasar de la Primera B a disputar Copa Sudamericana y ser el sublíder del Campeonato Nacional en un poco más de dos años. El club chillanejo volvió a aparecer en el radar y dicha tarea tiene a un principal artífice; Jaime García.
Desde la humildad y el trabajo, el entrenador nacional de 44 años se ha transformado en una de las figuras de moda del fútbol chileno. Una irrupción que el propio García ha explicado como fruto del esfuerzo y orden que lo ha caracterizado en su corta carrera como DT, desde sus inicios en 2016 al mando de Deportes La Serena.
Luego de su ascenso en 2020 -que consiguió tras coronarse campeón-, los ‘Diablos Rojos’ han sabido ganarse su espacio y ser considerados uno de los equipos más peligrosos de la primera categoría del balompié criollo, a punta de cualidades tácticas que resaltan por sobre los demás equipos; presión intensa, verticalidad y trabajo colectivo.
Unos atributos que, actualmente, tiene a la escuadra roja jugando competiciones internacionales y luchando de tú a tú en el Campeonato Nacional, donde marcha en el segundo lugar apenas a dos puntos del líder Colo Colo.
Los valores van primero
Desde su consolidación como uno de los estrategas más promisorio del fútbol chileno, García no ha tenido reserva en dar a conocer sus métodos de trabajo, enfatizando en dos aspectos que considera claves; respeto y orden.
Así lo dejó demostrado este domingo tras el triunfo frente a Huachipato en el Estadio CAP, donde luego del pitazo final, el oriundo de Cartagena detalló que la principal orden que les da a sus dirigidos es que “jueguen tranquilos” y que “no se me crean el cuento”.
“Desde el primer minuto, tenemos un absoluto respeto a los rivales”, destacó además el DT de Ñublense, que ya ha logrado imponerse con claridad a los tres grandes del fútbol chileno, incluso, con goleadas a Universidad Católica (4-0) y Colo Colo (5-1).
Un respeto que prioriza sobre lo táctico. Y es que pese a ser considerados uno de los equipos más ofensivos del torneo, en una conversación con TNT Sports durante la campaña pasada, García se mostró enfático en desmarcarse de un estilo de juego definido y asegurar que “me gusta vivir el fútbol de otra manera; adaptarme a situaciones y a los rivales que nos van tocando”.
Fiel a su estilo deslenguado, y sumergido en un fútbol moderno operado por dirigentes y/o directores deportivos, el ex futbolista de San Antonio Unido, Deportes Melipilla y San Marcos de Arica ha enfatizado en innumerables ocasiones su principal característica es su autenticidad en conjunto con la confianza que se tiene a si mismo. Valores que no transa.
“Ni a los dirigentes les hago caso cuando quieren meterse en mis equipos”, remarcó en una entrevista con el programa Todos Somos Técnicos.
Primero personas, después futbolistas
Fernando Cordero, Nicolás Guerra, Bernardo Cerezo, Rafael Caroca y Nicolás Vargas, son sólo algunos de los jugadores que García ha vuelto poner en el radar nacional.
Un grupo de futbolistas que no contaban en los planes de sus anteriores equipos y que se han transformado en pilar fundamental de un avasallador Ñublense que tiene, hoy por hoy, como principal figura y goleador a Alexander Aravena, un canterano de la ‘UC’ que se encontraba relegado del primer equipo.
Pero, ¿a qué se debe el ‘renacer’ de estos futbolistas? ¿Cómo consiguió armar un plantel con personalidades tan distintas pero unidos por el mismo objetivo?
En la misma conversación mencionada anteriormente con TNT Sports, el estratega del conjunto chillanejo no escondió su fórmula: “Me baso en el cariño y la reciprocidad. Hay coscorrones, cariño, abrazos, tirones de oreja, etc.”.
“Creo en el matiz y la personalidad que le he dado a estos locos lindos. Me encantan y les digo que disfruten, que si pierden el que se va a ir soy yo”, añadió.
Felicitar más las buenas jugadas que gritar las malas, no mandar al choque a sus pupilos, decir siempre la verdad sin adornos y darle el espacio a los jugadores de expresar sus inquietudes. Un método que Jaime García no se ha cansado de repetir y que tiene a toda una Región de Ñuble encandilada con el buen fútbol desplegado por un Ñublense que sueña en grande.