En 1976, el legendario cantante adquirió un olvidado equipo del fútbol inglés, el Watford, que años más tarde, lo llevaría de la cuarta división a la Premier League.

A pesar de las infinitas historias que mezclan el deporte con la música, no hay ninguna como la de Sir Elton John y el Watford. Y es que, más allá de su talento a la hora de componer, su increíble puesta en escena sobre el escenario y su excéntrica forma de ver la vida, el dos veces ganador de un premio Óscar, por muchos años, dio rienda suelta a otra de sus pasiones de la mano del modesto elenco inglés; el fútbol.

La relación (mediática) del músico británico y el combinado londinense, popularmente conocido como ‘The Hornets’ (Las Avispas), comenzó en 1974, cuando en un concierto de Elton John y Rod Stewart en el estadio del club, el Vicarage Road, un periodista le tocó la fibra a la estrella de rock que, en aquella presentación, vestía como abeja.

“El club está en ruinas”, fueron las palabras del reportero que tocaron el corazón del cantante, hincha desde pequeño del Watford. Dos años más tarde, compró el equipo y comenzó a ejercer labores de vicepresidente.

Su lucha contra la miseria, los hooligans y la homofobia

Ya en 1977, Elton John dio el puntapié inicial a la revolución en el Watford, tanto dentro como fuera de la cancha. En aquella época, el Vicarage Road parecía mostrarle a su nuevo propietario el duro desafío que se venía por delante. Refrescar la cara del club era esencial y había que comenzar por su estadio.

En su biografía titulada ‘Yo’, publicada en 2019, el artista recuerda cómo la miseria le golpeó en la cara cuando conoció de cerca todos los problemas que presentaba el recinto.

“El estadio parecía decir, claramente, todo lo que se necesitaba saber sobre Watford. Sólo había dos tribunas cubiertas muy pequeñas, viejas e inestables. Y también se utilizaba como canódromo (circuito para carrera de galgos). Si hubiera tenido criterio, habría decidido defender a un equipo que jugara de verdad al fútbol. Podría haberme ahorrado 20 años de casi completa desdicha, pero el fútbol no funciona así o, al menos, no debería. Lo llevas en la sangre; era el equipo de mi padre y, por tanto, el mío”, detalló el músico.

La fórmula para remodelar el recinto situado en Hertfordshire era evidente; había que inyectar una alta suma de dinero, y así lo hizo Elton John, pero demostrando que no sólo era una estrella de rock, sino que también de las finanzas.

Logró acercar a la reconocida marca neerlandesa, Iveco, a la institución como principal patrocinador a cambio de 400 mil libras de la época, lo que le alcanzó para construir el nuevo Vicarage Road, todo un coloso para un equipo de la cuarta categoría… Y esto sólo fue el comienzo.

Elton John conversando con el plantel del Watford
Elton John conversando con el plantel del Watford (1997) | Archivo Watford Observer

No obstante, mientras se posicionaba como uno de los dueños más destacados del fútbol inglés, también debía lidiar con las burlas homofóbicas de los aficionados rivales, en su mayoría ‘hooligans’, luego de que un año antes, el compositor decidiera hacer pública su orientación sexual.

“Un consejo que le daría a cualquiera que esté planeando salir del clóset sería que no lo haga como presidente de un club de fútbol británico, a menos que quiera pasar las tardes de partido escuchando a miles de aficionados del equipo contrario cantando: ‘No te sientes cuando Elton esté cerca, o te meterá el pene por el culo’, al ritmo de Marie Lloyd. Quizá debería repudiar la homofobia de los fans ingleses, pero debo ser honesto, a mí me daba gracia. No me sentí ni amenazado ni asustado, lo hacían en broma. Hay que saber encajar los golpes. Ellos cantaban, y yo simplemente sonreía y les saludaba con la mano”, relató en la misma biografía.

La gesta de ‘Rocketman’: el meteórico ascenso del Watford

Al mismo tiempo que tomaba decisiones administrativas, ‘Capitán Fantástico’, como también es conocido, también iniciaba una revolución en lo deportivo. ¿Qué hizo primero? Echar a Mike Keen, el DT que tenía a los ‘Hornets’ en los últimos lugares de la tabla, y contratar a Graham Taylor, un exdefensor que tuvo pasos por elencos de la misma cuarta categoría como el Lincoln City y Grimsby Town.

Para la temporada 1977-1978, Taylor impuso su idea de juego y maravilló a los aficionados del Watford, llegando incluso a estar a punto de ascender a la tercera división en su primera campaña completa como DT. Un logro que llegaría un año más tarde, transformándose en campeones de la cuarta categoría británica.

El éxito del equipo londinense continuó y contra todo pronóstico, volvió a ascender, esta vez, a la First Division (actualmente conocida como Championship), tras finalizar en el segundo lugar. El equipo jugaba de maravilla y así lo recordó el propio Elton John en ‘Yo’: “Fue como tomar una droga a la que al instante te volvías adicto”.

Luego de dos años en la segunda categoría del fútbol inglés, en la temporada 1981-1982, las ‘Avispas’ se alzaron con el subcampeonato y consiguió el anhelado ascenso a la Premier League. Una meteórica escalada a la división de honor del Reino Unido en apenas cinco años. El autor de ‘Rocket Man’ soñaba despierto; su club de la infancia se codeaba con los mejores, y el sueño aún no terminaba, ya que en su primer año como equipo de primera división, el Watford finalizó en el segundo lugar de la tabla por detrás del Liverpool, clasificando a la Copa de la UEFA (actualmente Europa League).

“Cuando empezamos esta aventura dije que en diez años jugaríamos una competencia europea. Nos llevó cinco”, rememoró el cantante.

“El Watford me salvó la vida”: las ‘Avispas’ como terapia contra el alcohol y las drogas

Cuando el músico compró al club en 1976, uno de sus mayores deseos era obtener el cariño y la aprobación de su padre, Stanley Dwight, un militar que perteneció a la Fuerza Aérea británica. La relación de Elton John con su progenitor nunca fue la mejor y, desde que comenzó a interesarse por la música al aprender a tocar piano de manera autodidacta, el apoyo de Stanley hacia su hijo nunca fue una opción para él, ni siquiera cuando adquirió a su equipo favorito.

En aquellos años, la fama, el dinero y sus traumas llevaron al artista/empresario a una adicción al alcohol y las drogas, la cual fue contrarrestada gracias al fútbol.

“Le debo al Watford mucho más de lo que ellos me deben a mí. Fui presidente durante el peor período de mi vida. Cuando sentía que no había amor en mi vida, sabía que tendría el del club y el de los aficionados. Me dio algo más en lo que concentrarme; una pasión que podía apartar mi atención de todo lo que iba mal. Por razones obvias, hay momentos de los que no guardo ningún recuerdo, pero todos los partidos que vi están fijados en mi memoria”, reveló Elton John en su libro.

En la misma línea, fue más allá, y agregó: “Si no hubiera tenido el club de fútbol, Dios sabe qué hubiera sido de mí. No exagero. Estoy convencido de que el Watford me salvó la vida”.

Una leyenda viva: presidente honorífico y una grada bautizada con su nombre

Tras once años como propietario del Watford, en 1987, el compositor decidió vender la entidad para concentrarse 100% en su carrera musical y, pese a recomprar el club en 1997, el 2002 dejó de ser dueño de las ‘Avispas’ para siempre.

Los grandes éxitos deportivos -un título, tres ascensos, un subcampeonato de la FA Cup (1984)- en su etapa como presidente del equipo londinense y el crecimiento económico conseguido tras su legado, hicieron que Sir Elton John se transformara en una leyenda de la actual escuadra del defensor chileno Francisco Sierralta.

En 2007, durante un concierto del artista que buscaba reunir fondos para los ‘Hornets’ ante una nueva crisis económica del club, la directiva del Watford decidió nombrar presidente vitalicio a la estrella de rock, para luego, en 2014, inaugurar una grada con su nombre en su querido Vicarage Road. Un estadio que él mismo lo llevó al siguiente nivel.

Sir Elton John Stand
Foto: Watford FC

Una historia irrepetible y única en el fútbol. Un capítulo más de la relación entre la música y este deporte. Un club que salvó la vida de una leyenda mundial de las artes y un hincha que salvó al equipo de su infancia.