Los científicos analizaron cómo ha cambiado el volumen intracraneal (ICV) durante miles de años en el norte de Chile y encontraron que los chilenos somos significativamente más altos y más cabezones que nuestros antepasados.
Poco se ha estudiado sobre cómo la dieta, el entorno y la genética afectaron el tamaño de la cabeza y la estatura en los humanos de Sudamérica, pero ahora hay nueva evidencia al respecto.
El estudio, liderado por Gonzalo Rojas, de la Facultad de Medicina de la Universidad Finis Terrae, y Verónica Silva, de la Escuela de Antropología de la Universidad Diego Portales, se publicó recientemente en la revista Nature/Scientific Reports.
Rojas, Silva y su equipo, compararon a 3 poblaciones distintas a lo largo de milenios: los chinchorros, que fueron cazadores-recolectores del desierto de Atacama hace unos 7.500-3.500 años; los agricultores prehispánicos y los chilenos modernos.
Para ello, hicieron tomografías computarizadas (TC) de 68 cráneos momificados de chinchorros y 9 de agricultores, las cuales compararon con TC de 83 chilenos modernos. Además, crearon modelos 3D para calcular el ICV con precisión, que es el espacio dentro del cráneo donde está el cerebro.
También calcularon la altura de estas poblaciones antiguas a partir de sus huesos, específicamente el fémur y las tibias. Asimismo, analizaron las trazas químicas en los huesos para ver si la dieta fue un factor importante en sus cambios biológicos.
Los chilenos modernos más altos y cabezones
Resulta que los chilenos modernos tienen una cabeza promedio de 1481,22 centímetros cúbicos, que es considerablemente mayor que las de los chinchorros y prehispánicos, que tenían cabezas promedio de 1321,26 y 1336,57 centímetros cúbicos, respectivamente.
En la estatura ocurrió algo similar, ya que las poblaciones antiguas tenían estaturas parecidas, pero los chilenos modernos son significativamente más altos.
Los resultados indicaron que el gran cambio biológico en el tamaño de la cabeza y la altura de los chilenos ocurrió en la población moderna y no cuando los chinchorros, que eran cazadores-recolectores, transicionaron a la agricultura, como se pensaba antes.
Este cambio más reciente en la historia de las poblaciones de lo que hoy es Chile, estaría relacionado con una mejor calidad de vida y los avances en la salud pública, proponen Rojas y Silva.
“Los marcados aumentos observados en los individuos modernos se han asociado principalmente con una mejor nutrición, atención sanitaria y condiciones de vida generales desde el siglo XX“, dice el paper.
Los científicos creen que el siglo XX marcó un punto de inflexión y la alimentación fue un factor clave. Durante este periodo, las mujeres aumentaron su estatura promedio en 5 cm, mientras los hombres con una pequeña diferencia crecieron unos 5,5 cm.
El cambio, señalan, coincide con mejoras particularmente en “una mayor ingesta de lácteos y proteínas animales, así como con avances más amplios en salud pública, saneamiento y educación”.
“Estos cambios ambientales y de desarrollo positivos parecen haber impulsado el aumento observado en ICV, que fue mayor en hombres (14,62%) que en mujeres (10,81%)“, concluyen.
Referencia:
Gonzalo M. Rojas-Costa, Verónica Silva-Pinto y otros autores. Intracranial volume variation in Chinchorro mummies: a comparative study with pre-hispanic farmers and contemporary Chilean population. Revista Nature/Scientific Reports, 2025.