En 2024, la astrónoma chilena, Mónica Rubio, hizo historia tras ser nombrada vicepresidenta de la Unión Astronómica Internacional (IAU, por sus siglas en inglés), la principal organización de astronomía a nivel mundial, que reúne a unos 13.000 astrónomos de 92 países.
Este importante cargo lo recibió tras una seguidilla de logros que consiguió a lo largo de su carrera, desde que partió siendo la única mujer en los primeros cursos de astronomía que se impartían en Chile, hasta recibir el Premio Nacional de Ciencias Exactas en 2021, por su trabajo investigando la formación de estrellas y las regiones moleculares.
Hoy, en el marco del 8M, cuando se conmemora el Día de la Mujer, analiza el panorama para las futuras mujeres científicas, cómo ha evolucionado la presencia femenina en la astronomía y cómo Chile seguirá siendo clave para estudiar el universo.
Rubio obtuvo su Licenciatura en Ciencias en 1976, en la Universidad de Chile, cuando todavía no había una carrera específica para estudiar las estrellas. En el 86 hizo el Magíster en Astronomía de la misma casa de estudios y solo una década después se doctoró en Astrofísica y Técnicas Espaciales de la Universidad de París, en Francia. Pero todo ello requirió disciplina, pasión y mucha motivación.
“Cada vez que me ofrecían una oportunidad, yo la tomaba. No me complicaba. (…) Entonces, yo creo que no haber dicho no, ‘no puedo ir por A, B o C motivos’, fue lo que hizo que mi carrera fuera bien conocida internacionalmente y me fue abriendo estas otras puertas”, dice en conversación con BiobioChile.
A la fecha, sigue disfrutando los enigmas del espacio, ha completado ya más de 700 noches de investigación en los observatorios que están en Chile y también ha trabajado con telescopios espaciales emblemáticos de nivel mundial, como el Hubble y el James Webb, de la NASA.
Ahora, hace un llamado a dejar los prejuicios e invita a las niñas y a las mujeres jóvenes a escoger “la carrera en la cual ellas realmente sientan pasión”.
—¿Cómo era estudiar astronomía cuando usted partió y cómo ha cambiado hasta hoy?
Bueno, debo decir que yo soy muy optimista. Creo que en los últimos años hubo cambios y avances importantes en la participación de las mujeres en ciencia. Cuando yo estudiaba astronomía, era la única mujer dentro de los primeros cursos y resulta que ahora en las licenciaturas de astronomía tenemos que el 50% son mujeres, mitad y mitad. Así que ese es un cambio fundamental. Por lo tanto, creo que se ha avanzado mucho.
Y en la astronomía en particular, a medida que se ha ido conociendo más la importancia de nuestro país en el contexto mundial y que salen noticias de todos los descubrimientos permanentemente en la prensa, que son hechos desde acá, la astronomía ha tomado un rol muy importante.
Poco a poco más mujeres están participando en todos estos descubrimientos y están haciendo investigaciones. Creo que el futuro se ve muy provisorio, en el caso de la astronomía y también en las otras ciencias, para las mujeres. Diferente a como era, por supuesto, cuando partí yo y las que partieron antes que yo.
—Dijo que fue la única en los primeros cursos, ¿cómo experimentó eso?
Bueno, mientras estaba haciendo los cursos de astronomía, éramos poquitos alumnos. Primero éramos cinco y yo era la única mujer. Nos llevábamos muy bien, trabajábamos juntos, nos tocó ir a hacer práctica a los observatorios. Así que, en general, la relación con todos mis compañeros de astronomía siempre fue excelente. Y anteriormente, como yo ingresé a la escuela de ingeniería en la Universidad de Chile, que era donde se podía estudiar astronomía antes de los años 90, bueno, ahí ingresamos 800 y éramos 20 mujeres.
Afortunadamente, el grupo que se armó de estudio, con los cuales yo estudiaba, compañeros que son amigos de toda una vida, hasta ahora seguimos siendo amigos. Así que, si bien éramos pocas las mujeres, por lo menos yo, dentro de mis compañeros, siempre fui bien incluida.
—¿Y al salir al mundo laboral cómo se sintió?
Tuve, yo creo que dentro de mi experiencia, bastante suerte, porque se abrieron un par de cargos a nivel de ayudantes de investigación y de los cuatro estudiantes que terminamos las licenciaturas, que éramos contemporáneos, a dos de nosotros, a otro compañero y a mí, nos ofrecieron esta posibilidad de un contrato como ayudante de investigación. Así que, en ese momento, ambos lo tomamos y, bueno, fue 50-50. Así que, desde ese punto de vista, no hubo una discriminación, o sea, de los cuatro quedamos uno y uno.

*Mónica Rubio junto al avión-telescopio de la NASA, SOFIA, que estudió el universo en infrarrojo | Imagen cedida
—Y de eso escaló a ser vicepresidenta de la Unión Astronómica Internacional (IAU), ¿se imaginaba llegar a un cargo así cuando empezó?
No, en absoluto. Mi interés era poder hacer astronomía. Yo había partido desde el colegio, era astrónoma aficionada, me pasaba los días mirando las estrellas, lo sábados, mirando por el telescopio, leyendo. Así que mi mayor interés era pasarlo bien. Yo lo paso muy bien haciendo astronomía, es más que un trabajo, es como una entretención permanente, por lo que siempre, durante toda la carrera, lo disfrutaba mucho, me encantaba ir a observar.
Y ahora, mirando hacia atrás, reconozco que una de las actitudes mías que quizás ayudaron mucho a que yo pudiera hacer una carrera como la que he hecho, es que cada vez que me ofrecían una oportunidad, yo la tomaba. No me complicaba. Entonces: ‘Mónica, ¿te gustaría participar en un proyecto internacional? Claro, ¿por qué no? Yo, por supuesto. Pero no, es complicado, tú ya estás casada, tienes un hijo. No, yo me los arreglo’. Me invitaron a un congreso, tenía financiamiento por los proyectos Fondecyt. ‘¿Aceptas ir como charlista invitada? Sí, por supuesto, voy, y bueno, si tengo que ausentarme, tengo que ausentarme’.
Yo creo que no haber dicho ‘no, no puedo ir por A, B o C motivos’, fue lo que hizo que mi carrera fuera bien conocida internacionalmente y me fue abriendo estas otras puertas. Y llegué finalmente en la IAU me hayan seleccionado, me hayan elegido como vicepresidenta.
—¿Cómo fue recibir la noticia?
Muy contenta, muy feliz. Además, se juntó con el hecho de que habíamos trabajado todo un grupo liderado por la Sociedad Chilena de Astronomía (SOCHIAS) para postular a Chile, junto con el Ministerio de Ciencia, el Ministerio de Relaciones Exteriores, como sede de la Asamblea General de la IAU en el año 2030. Así que el día antes, cuando se nombraron los nuevos miembros del comité ejecutivo, ahí ya se supo que yo había sido una de las elegidas. Y el día siguiente, en la asamblea y en la ceremonia de clausura, se anunció que Chile había sido escogido. Así que felicidad y muy contenta por partirda doble.
Así que ahora estamos en la tarea de que tenemos que organizar esa reunión. Y ya faltan cinco años nomás, porque ya estamos en 2025. Así que estamos ahí organizándonos y preparándonos para todo lo que significa hacer una muy buena asamblea general y que Chile se luzca frente a la Comunidad Astronómica Internacional Mundial como sede.
—¿Qué mensaje va a dejar Chile como anfitrión en la Asamblea General de la IAU?
Bueno, lo más importante es el reconocimiento de que Chile es un actor principal en la astronomía del mundo. Tenemos los mejores cielos del mundo, los más oscuros, los más prístinos, y tenemos que proteger ese patrimonio. Y eso es reconocido a nivel internacional. Y por eso que hay mucho interés, van a venir muchos astrónomos del mundo para conocer todas estas instalaciones de primera vanguardia, los grandes telescopios, incluso los telescopios que se están construyendo actualmente que estarían operando en el 2030. Eso es una atracción tremenda de Chile.
Y también mostrar que la astronomía es algo que todos los ciudadanos y las ciudadanas, la sienten cada vez como parte de la idiosincrasia del país, algo que nos identifica, y que permite que los científicos y los astrónomos y astrónomas chilenos puedan hacer los descubrimientos que se están efectuando actualmente a nivel internacional. Las personas, los seres humanos, se sienten muy identificados con el cielo y yo creo que eso es algo desde siempre, desde que la humanidad empezó a mirar el cielo, que ha sido una guía y es algo que todos disfrutamos. Así que la astronomía en ese sentido yo creo que juega un rol muy importante en la cultura de una sociedad como la nuestra.

*Mónica Rubio en las antenas del Telescopio ALMA | Imagen cedida
—A mí me llama la atención que pese a este creciente interés en la gente y que cada vez se están sumando más mujeres, solo 5 han obtenido un Premio Nacional de Ciencias, ¿por qué siguen siendo tan pocas, qué podemos hacer?
Bueno, yo creo que en los últimos años se ha aumentado bastante, ¿no? Porque hubo un periodo que hubo un par de mujeres reconocidas, María Teresa Ruiz, María Cecilia Hidalgo, y después pasó mucho tiempo hasta que Dora Altbir fue reconocida (y antes de Altbir también Ligia Gargallo) y después a los dos años siguientes fui reconocida yo.
En el último tiempo, yo creo que lo que se está viendo es que toda esta generación que ahora ya somos científicos consolidados, estamos en condiciones de ser reconocidos por el país. Y estoy segura de que esto va a ir cambiando en el futuro. Ojalá, sobre todo en las áreas de ciencia, tecnología, matemáticas e ingeniería, donde históricamente hubo pocas mujeres. Pero como te decía, en astronomía esperamos que sean muchas más las mujeres y ojalá en otras ciencias también.
—Queda ver qué pasa con las nuevas generaciones entonces, por ejemplo Tere Paneque, Bernardita Ried que hacen difusión, y muchas más…
Por supuesto, ellas están en una época en que las redes sociales son muy importantes y hacen uso de eso para hacer comunicación en astronomía, algo que es lejano para la generación que yo represento, que no existían las redes sociales en ese momento. Así que muy bienvenidas.
Ahora hay muchos estudiantes nuestros que terminan el magíster en astronomía o la licenciatura en astronomía, pero no siguen una carrera académica para ser científicos, se están dedicando a la divulgación astronómica y muchos también haciendo una especialización en docencia, lo cual también es muy importante para que tengamos profesores al nivel de enseñanza media que sepan de astronomía, y que van a tener un impacto en el futuro mucho mayor.
Así que hay harta variedad de actividades a las cuales se están dedicando tanto las mujeres astrónomas, como los varones astrónomos que están terminando las licenciaturas, en el sentido de la educación.
—¿Qué podemos hacer como sociedad para incentivar a más niñas a integrarse a estas carreras, y no solo astronomía, otras ciencias también?
Yo pienso que justamente, lo que ustedes (los periodistas) están haciendo al dar a conocer la trayectoria o el trabajo que hacen las mujeres en astronomía es un incentivo súper importante, porque entonces uno ve y ya tiene un modelo de que hay mujeres que sí pueden y que se dedican a estas actividades.
Un mensaje que yo siempre doy y que lo repito, es que el talento y las capacidades no tienen género, así que si uno tiene talento, si uno tiene la capacidad y le gusta la ciencia, le gusta la astronomía, la física, la química, la ingeniería, va a poder salir adelante con toda seguridad. Lo que pasa es que hay prejuicios sociales que dirigen el interés de las niñas y jóvenes hacia carreras diferentes, y por eso lo que ustedes hacen de mostrar que también hay mujeres y que somos común y corriente dentro de todo, es muy importante. Así que yo siento que la labor del periodismo y de las divulgaciones es muy fundamental.
—¿Y qué mensaje le daría a las niñas o mujeres jóvenes que están pensando dedicarse a la ciencia?
Yo lo que les diría es que se decidan y hagan la carrera en la cual ellas realmente sientan pasión y se sientan motivadas, porque lo importante es hacerlo bien, hacerlo con entusiasmo, porque cuando uno le pone entusiasmo y energía a algo que le gusta, las cosas se dan no, es un sacrificio estar estudiando, porque uno lo goza.
Pero si por presiones externas les dicen que no ingresen a una carrera científica o matemática o de ingeniería y que se vayan a otra área y no les gusta, lo van a pasar mal, porque todos los días van a estar haciendo algo durante toda su vida que no les gusta. Por lo tanto, es muy importante que tengan la plena seguridad.
Toda la energía, el talento y las capacidades que tienen enfocadas en lo que les gusta y las apasiona, las va a llevar al éxito.