Mientras en Chile se viven jornadas de tensión a nivel político, por el debate sobre los 50 años del golpe de Estado, en dependencias de nuestro país en el Reino Unido el comentario de pasillo obligado son las últimas horas de Susana Herrera como embajadora titular en ese país.
Herrera, en lo formal, está ad portas de abandonar el cargo. Su renuncia se hará efectiva recién a contar del próximo martes 12 de septiembre, la cual se fraguó en Santiago 17 días antes, luego que el Presidente de la República, Gabriel Boric, aceptara la salida de la penquista.
Su caída se dio en el contexto de la polémica que protagonizó por pedir financiamiento a reparticiones públicas, en medio del denominado caso convenios, e involucrar al Rey Carlos III del Reino Unido. Mix de factores que en suelo nacional pusieron sobre las cuerdas, una vez más, a la administración Boric.
En concreto, el diario La Tercera reveló que Herrera hizo gestiones personales ante el Gobierno Regional del Bío Bío, dirigido por Rodrigo Díaz, para levantar dineros públicos y privados por un -no despreciable- monto de US 5 millones para un proyecto a desarrollar en la comuna de Santa Juana, arrasada por los incendios forestales del verano pasado.
Sin embargo, la diligencia de la otrora representante de Gabriel Boric en suelo inglés no fue informada a la Cancillería. Error grave, como reconocieron desde Relaciones Exteriores, puesto que tras la nominación en el cargo se le habría pedido expresamente que no podía dar entrevistas ni comprometerse en acciones de cualquier tipo sin autorización que provenga desde el edificio Carrera, sede central de la diplomacia chilena.
¿Quién paga el catering?
Susana Herrera tuvo un aterrizaje en Reino Unido movido. Su llegada como máxima autoridad de la representación diplomática chilena se debió a un accidente, o al menos así es como lo han explicado fuera de micrófono en los partidos oficialistas, como también dentro de la misma Cancillería, ya que fue un descarte por paridad.
Lo cierto, en estos últimos días, es que tras anunciarse su salida, Herrera regresó a Inglaterra para buscar sus cosas y cerrar compromisos que mantenía en agenda. Sin embargo, esta semana la arquitecta tomó varias decisiones. Una de ellas, organizar su propia despedida.
La actividad, para despedirse del cargo al que llegó sin buscarlo, se desarrolló en la residencia oficial de Chile en Londres y, según información que maneja Radio Bío Bío, al encuentro no fueron convocados los trabajadores de las oficinas de la Cancillería. Esto, iría en la línea de lo dado a conocer por el diario La Tercera sobre la mala relación de Herrera con los funcionarios de la misión diplomática.
Radio Bío Bío se contactó con el Ministerio de Relaciones Exteriores, quienes explicaron sobre el proceso de renuncia de la arquitecta penquista, ratificando que el día 12 de septiembre terminará su periodo de forma oficial. Respecto a la despedida, y lo fastuoso del mismo evento, indicaron que no poseen ningún registro de contratación o asignación de recursos.
Pese a esto, también explicaron que existen algunos ítems de los representantes diplomáticos que se desarrollan con rendiciones. Frente a esto, de ser el caso específico, adelantaron que difícilmente se le aceptaría una rendición en ese tenor.
El evento de despedida, claramente autogestionado, tuvo el tradicional catering inglés que incluye comida, el menaje, la mantelería elegante e incluso servicio de camareros y cocineros, todo muy londinense.
Pero no es lo único, Susana Herrera, la misma que contó en una entrevista en CNN Chile la anécdota con el Rey Carlos III en la que le habría dicho: “You touched my heart (tocaste mi corazón)”, desde que regresó a Londres ha ocupado el auto oficial de Chile en Reino Unido, con su respectivo chofer oficial que maneja por la izquierda con el volante a la derecha.
