Un pequén y un aguilucho que requirieron de rehabilitación entre marzo y junio de este año fueron liberados y reinsertados en su ambiente natural en la Reserva Nacional La Chimba, en la región de Antofagasta.
El aguilucho fue encontrado luego de colisionar con un poste de electricidad, sin presentar lesiones graves.
Por su parte, el pequén fue hallado deambulando desorientado por el sector Los Arenales, por lo que se presume que pudo haber sido retenido por personas.
Tras ello ambos fueron a parar al Centro de Rescate y Rehabilitación de Fauna Silvestre de la Universidad de Antofagasta (CREA), que concretaron la liberación con apoyo de personal de la Corporación Nacional Forestal (Conaf).
El médico veterinario encargado de la rehabilitación, José Montalván, explicó que al momento de llegar al centro ninguna de ellas presentaba lesiones de gravedad, lo que facilitó su reintroducción.
Montalván contó que durante el proceso su recuperación las aves recibieron distintos cuidados y fueron alimentadas con pequeñas presas vivas para que no perdieran sus hábitos depredadores cuando fueran devueltas a la naturaleza.
“La liberación de estas especies es muy significativa para la Reserva Natural La Chimba, considerando que tanto el pequén como el aguilucho son aves nativas que pertenecen a este ecosistema”, comentó por su parte Felipe González, jefe de Áreas Silvestres Protegidas de Conaf Antofagasta.
Importancia del pequén y el aguilucho en la Reserva Nacional La Chimba
El director del CREA, Carlos Guerra, explicó que ambas especies de aves son muy importantes para los ecosistemas pues actúan como reguladoras naturales de otras especies perjudiciales, principalmente roedores.
Al reproducirse sin control estos ponen en riesgo la flora y fauna silvestre.
Guerra agregó que específicamente en la zona de la reserva La Chimba la necesidad de reponer estos equilibrios es apremiante, por tratarse de un área que durante décadas ha sido fuertemente impactada por la acción humana.
“En la entrada a la quebrada existieron ripieras que hicieron enormes socavones que afectaron las condiciones ecológicas de ese ecosistema, y en esa área además está el exbasural de Antofagasta, cuya presencia originó un aumento de la población de ratones domésticos que seguramente se han desplazado hacia arriba poniendo en riesgo a las especies silvestres que habitan en la reserva”, aseveró.
El investigador precisó que los ratones domésticos tienen un alto potencial reproductivo por eso, si no se les controla, en poco tiempo pueden arrasar con los huevos de las aves que nidifican en ese lugar, como también con otras especies de roedores silvestres e incluso variedades vegetales.
“Ahí estas aves (el pequén y el aguilucho) cobran mucha relevancia, porque son colaboradoras de la restauración del sistema ecológico de la reserva La Chimba”, explicó el académico.
Según los últimos registros de CONAF, en Chile existen alrededor de 520 especies de aves y más de la mitad están presentes en la región de Antofagasta.
De ellas, 32 habitan dentro de la Reserva Nacional La Chimba.
Ahora el Centro de Rescate y Rehabilitación de Fauna Silvestre de la Universidad de Antofagasta se prepara para la liberación de un zorro chilla que llegó desde la región de Atacama con lesiones por ataque de otros animales.
También tienen programada la liberación en los próximos días de un pingüino de Humboldt, mientras se trabaja en la recuperación de varias otras especies que han llegado al centro, entre ellas una tortuga procedente de la región de Los Lagos.
La reserva se encuentra ubicada a 15 kilómetros al norte de Antofagasta, en los faldeos occidentales de la Cordillera de la Costa.